Eduardo Alonso: "En los montajes de Koltés nos engañan un poco"
El musical Imperial: Café Cantante. Vigo 1936, creado y dirigido por Eduardo Alonso (Teatro do Noroeste), se despide el próximo domingo 7 de la compostelana Sala Yago, después de diez funciones. La obra, ambientada en un café cantante de Vigo en 1936, recrea los meses previos al asesinato del líder ultraderechista pontevedrés José Calvo Sotelo, cinco días antes del 18 de julio. No es el primer musical brechtiano del teatro gallego [todavía Teatro do aquí montaba en julio A ópera de a patacón, adaptada en 1994 por Vidal Bolaño a partir de la versión de Brecht y Weill], pero las dimensiones del experimento, viniendo de una compañía privada, no son habituales. El Instituto Galego das Artes Escénicas e Musicais (IGAEM) y el Concello de Santiago asumieron la cuarta parte -50.000 euros- del coste de la producción.
"Dejando aparte que muchos actores tuvieron que aprender a cantar y bailar, narrativamente fue complicado", señaló Alonso a este periódico. "Pero dos hechos encajaron muy bien. Fernando Condés
[el capitán de la Guardia Civil que participó en el secuestro del líder del Bloque Nacional, dos días después del asesinato del socialista José Castillo] era de Vigo. Y el estaño, el material de los conserveros catalanes de Vigo, asociado con el wolframio, clave en el desarrollo de la industria armamentística posterior. La naturaleza los suministra unidos, y algunos conserveros se reciclaron". Tras ocho meses de documentación, Alonso escribió diez personajes que juzgó "representativos" de la Europa de 1936 en Vigo: espías alemanes, capitalistas catalanes, músicos, falangistas, fadistas y cenetistas, entre otros, vehiculados en torno a la dueña del café. La visita de Primo de Rivera a Vilagarcía para refundar Falange, en 1932, requirió ficción. "En lo de la concentración de hechos históricos, hacemos un poco como Shakespeare", ironizó.
Hacer teatro
Las nueve canciones de Imperial fueron compuestas por el saxofonista Bernardo Martínez, referencia habitual en el teatro gallego, con textos de Alonso para amalgamar la escena. "Me apetecía fusionar el fado y el hot jazz de la época y conseguir algo orgánico", explicó Martínez.
El director teatral vigués, primer responsable del Centro Dramático Galego (1984-85) e impulsor del IGAEM en 1987, escribió en esa década Una política teatral, estructurar teatralmente Galicia. "Renuncié a ello hace algunos años", precisó. Alonso no considera que el estreno gallego de Regreso al desierto, del francés Bernard-Marie Koltés, en la versión de Cristina Domínguez, directora del CDG, contribuya a hacer teatro en Galicia. "El espectáculo me gustó y me parece positivo", aseguró. "Pero creo que nos engañan un poco cuando dicen que estos montajes se hacen para recuperar público para el teatro gallego. Si se trata de eso, entran en juego otros factores".
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