Pedro López Merino, el médico de Rubial
Fue concejal socialista y participó en numerosos proyectos culturales
El franquismo consideró a Pedro López Merino como el médico de los rojos-separatistas porque tenía entre sus pacientes, además de al presidente socialista, al dirigente del Partido Nacionalista Vasco Juan de Ajuriaguerra; al comunista Ramón Ormazabal, o a los sindicalistas David Morín y Tomás Tueros, líderes de Comisiones Obreras. En aquellos años de dictadura, junto a los ginecólogos Andoni Abad y José María Errazti y el pediatra Carlos Fuertes, formó un grupo de atención a las familias de los presos políticos que, por serlo, quedaban fuera del amparo de la Seguridad Social.
Había estudiado medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y, tras unos años como facultativo en barcos que hacían la ruta de América, volvió a Bilbao para ejercer en diferentes barrios obreros. Este contacto directo con la realidad social le llevó a participar activamente en la "huelga de Bandas", a finales de la década de los sesenta.
Tras la muerte de Franco, López Merino se involucró en la política con su afiliación al Partido Socialista Popular (PSP) del profesor Enrique Tierno Galván y el trabajo de asentamiento del partido en el País Vasco. La posterior convergencia con el PSOE, le llevó a formar parte del grupo dirigente de este partido en Vizcaya. Su cercanía con Ramón Rubial propició la relación del médico bilbaíno con Felipe González y con Alfonso Guerra. Fue cabeza de lista por el PSE en las elecciones municipales de Bilbao en dos ocasiones y ocupó sendas concejalías. Asimismo, fue diputado foral de Medio Ambiente, bajo la presidencia del nacionalista José María Makua, tiempo en el que realizó el Parque de Montefuerte, a la entrada de Bilbao, rehabilitando antiguos terrenos mineros..
A lo largo de su vida participó en numerosos proyectos culturales, siendo presidente de la Asociación Cultural El Desván y propulsor del renacimiento de la Asociación Liberal El Sitio. Como aficionado a la fiesta de los toros formó parte de la Junta Administrativa de la Plaza de Toros de Vista Alegre. También fue muy activo en el plano social y, actualmente, participaba como miembro del Instituto Tutelar de Bizkaia.
La imagen enjuta y elegante del doctor López Merino tampoco será olvidada por las decenas de actores y actrices, como Concha Velasco, que, durante las fiestas bilbaínas de agosto, acudían a su improvisada consulta del hotel Ercilla para recabar sus consejos profesionales.
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