"La música folk gallega nunca estuvo en mejor momento, pero falla la industria"
A estas alturas, Milladoiro trasciende la condición de simple grupo de música folk. Después de 19 discos y más de 25 años de trayectoria, se han convertido prácticamente en una institución. Pioneros en casi todo y respetados por casi todos, aseguran que continúan en los escenarios porque aún disfrutan "como el primer día". "Para Milladoiro, un concierto solamente normal es un fracaso", explica Nando Casal, gaitero del grupo y miembro fundador. Esta semana sale a la venta Unha estrela por guía, el primer trabajo íntegramente vocal de la histórica banda gallega, con textos del poeta Manuel María.
Pregunta. ¿Que supone Unha estrela por guía en la trayectoria de Milladoiro?
Xosé Ferreirós. Es algo lógicamente diferente, porque nunca habíamos hecho un disco cantado. Siempre incluíamos algún tema vocal, pero sabíamos de nuestras limitaciones. Aún así, nos gusta afrontar retos y poner música a la obra de Manuel María nos pareció interesante y necesario.
Nando Casal. En otros discos de Milladoiro solía haber alguna canción vocal, pero se trataba de la guinda que le poníamos al pastel. En este caso, digamos que convertimos la guinda en pastel. Y quisimos compaginar la poesía amplia de Manuel María con la tímbrica de Milladoiro.
P. Han grabado con orquestas sinfónicas, compuesto para el cine... Y ahora, un disco vocal. Milladoiro siempre busca nuevos registros.
X.F. En Milladoiro, a lo largo de todos estos años, nunca estuvimos cerrados a ninguna propuesta. Nuestro obejtivo, al final, consistía en dar pasos hacia la construcción de un espacio sonoro para el país y aceptamos todo lo que contribuyese a esa perspectiva. Además, nos gusta abrir el abanico musical. Pero tenemos una identidad y un sello propio, y sobre ese sello construimos Milladoiro.
P. ¿Cuánto hay de premeditado en esta evolución?
X.F. Nosotros no lo hacemos por estar a la última, ni por una supuesta progresía de no sé qué, simplemente es natural. Trabajamos en un campo y, de repente, te preguntas '¿por qué no abrimos esta puerta?'. En el caso de Unha estrela por guía, incluso lo vimos con un poco más de fuerza, porque un grupo como el nuestro, que se dedica tan profundamente a la música tradicional, no se había metido a fondo con la voz en 30 años de carrera. Apareció la oportunidad de hacerlo y además con una obra de tantos registros como la poesía de Manuel María.
P. Milladoiro fueron precursores del bum folk gallego de los años 90. ¿Qué sobrevive de todo aquello?
N.C. Sobreviven muchos grupos absolutamente fundamentales para el folk gallego. Y esta música nunca estuvo en un momento tan espléndido como el actual. Lo que quizás no sobrevivió es una industria musical gallega sólida. A la música gallega le falta, también, el mecenazgo de empresas privadas potentes, como ocurre en otros países. Si ves a un músico vasco tocando por ahí, debajo hay una serie de patrocinadores que lo apoyan. Nosotros vamos 15 días de gira por Holanda en abril, y tenemos que pagar todo por nuestra cuenta.
P. ¿Y por qué creen que falla la industria?
X.F. Somos un país pequeño, y es difícil crear circuitos estables. Pero el famoso bum ocurrió porque los medios se interesaron por el tema y enfocaron las cámaras hacia él. En un momento, los que marcan las tendencias culturales dijeron 'ahora interesa la gaita'. Después dejó de interesar y se cambió de tercio. Los que se acercaran al folk en aquel momento y no estaban preparados para soportar ese cambio,se llevaron una gran decepción.
N.C. El folk hizo mucho por el país y, sin embargo, el apoyo institucional es escaso. Parece que ahora la niña mimada es el audiovisual.
X.F. Y no hablamos de una política de subvenciones, que somos muy críticos con ello porque terminan generando pesebrismo, sino de crear estructuras.
P. Milladoiro, desde el inicio, ha viajado mucho. ¿Qué supuso esa circunstancia?
X.F. Si hay algo fundamental en Milladoiro es que somos un grupo inequívocamente gallego, enraizado en el país, pero muy universal. La gente que integramos el grupo, ya antes de formarlo, estábamos muy abiertos a cosas de fuera que aquí llegaban muy parcialmente. Desde el comienzo salimos a los festivales de Lorient o de Edimburgo, y entramos en contacto con gente muy diversa y cambiamos impresiones o nuevas maneras de enfocar los trabajos. Milladoiro sería impensable sin ese bagaje que nos dieron los viajes.
N.C. Cuanto más viajamos, más nos damos cuenta del valor que tiene nuestra música, la música gallega, sin necesidad de disfrazarla. La fusión se hizo siempre en la música gallega, pero en lo que no creemos es en forzar esa fusión. A veces oyes un grupo de Madagascar y otro de las antípodas y suenan igual. Es triste que en nombre de una supuesta fusión se pierda un patrimonio universal impresionante.
P. ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías y la difusión por Internet en la música de Milladoiro?
X.F. No como a Bisbal, desde luego. Nuestro público, que no es para llenar estadios, no va al top manta a comprar un disco. La música a la que más afecta la piratería es lo que llamo música de usar y tirar, la que te echan desde los 40 y tienes que tenerla, te guste o no, para tirarla al día siguiente. Pero nuestra música no, y lo notamos en las ventas. Por ejemplo, se sigue vendiendo, cada año, A Galicia de Maeloc, que es un disco que grabamos en 1979. De todas maneras, la industria musical tiene que cambiar de mentalidad. Lo demás es ponerle puertas al campo y las medidas represivas no van a funcionar.
P. Milladoiro empezaron a tocar en 1978. ¿Nunca van a parar?
X.F. Eso lo decidirá el público. Con todo lo que llevamos hecho en lo musical, lo que más nos gusta ahora es subir a un escenario y tocar, tocar sin ningún tipo de compromiso ni nada que nos coarte.
N.C. El grupo está en un momento musical espléndido. Mientras el público nos aguante y nosotros no nos aburramos, seguiremos adelante.
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