Un enérgico negociador

Nobuo Tanaka será el primer no europeo al frente de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) cuando en septiembre de 2007 releve al francés Claude Mandil como nuevo director ejecutivo. Su elección responde a los esfuerzos de Japón de aumentar su perfil en la diplomacia internacional, que hasta ahora ha sido relativamente bajo, para situarse al nivel de su condición de segunda potencia económica del mundo y al de segundo contribuyente de la agencia, tras EE UU.

Tanaka, elegido en la reunión que la Junta de Gobernadores de la AIE celebró en Sidney este mes, piensa que es hora de involucrar en las metas de la agencia a naciones consumidoras de energía, como China e India, y dice estar convencido de que la AIE debe poner mayor énfasis en defender el uso eficaz de la energía en lugar de sólo fijarse en "las políticas de suministro".

La vida profesional de Tanaka ha estado marcada por la energía y los recursos naturales, por su capacidad de negociador y su gran experiencia gubernamental, tanto nacional como internacional, afirman los expertos.

Desde agosto de 2004, director de Ciencia, Tecnología e Industria de la OCDE, organización en la que entró en 1989, Tanaka nació en Yokohama (Japón) en marzo de 1950 y se licenció en Económicas por la Universidad de Tokio, a lo que sumó un máster en Administración de Empresas en EE UU.

En coincidencia con la crisis internacional del petróleo de 1973, que originó la creación de la AIE, Tanaka iniciaba su carrera como funcionario en un departamento responsable de ese asunto en el predecesor del actualmente muy poderoso Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI), en el que tuvo numerosos cargos y llegó a ser director de Energía Nuclear.

Casado y padre de dos hijos, Tanaka comenzó entonces a labrarse "su larga experiencia en resolver con éxito asuntos espinosos", como define su trayectoria el actual Gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, que le considera "un funcionario eficiente".

Tanaka, que ha trabajado en dos ocasiones en la Embajada japonesa en Washington, en la que ha participado en numerosas negociaciones bilaterales comerciales, representa el último esfuerzo de Japón de incrementar su presencia global tras fracasar en su intento de que Shigeru Omi fuese elegido director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), puesto que logró la china Margaret Chan.