Denver se arriesga con Iverson

Los Denver Nuggets dieron un golpe de efecto tras hacerse con el base Allen Iverson, que 10 días antes había pedido el traspaso a su equipo, los Filadelfia Sixers. El equipo de Colorado, que además fichó al ala-pívot novato Ivan McFarlin, traspasa a Filadelfia al base Andre Miller, el ala-pívot Joe Smith y dos elecciones de primera ronda del draft 2007.

Las negociaciones fueron largas y complejas y, tras descartar Iverson la posibilidad de jugar en Charlotte o Sacramento, al final se decantó por compartir equipo con otra gran estrella, Carmelo Anthony. La llegada de Iverson coincide además con la sanción de 15 partidos a Anthony tras su pelea en el Madison Square Garden del pasado sábado, por lo que ha sido suspendido hasta el 15 de enero.

Los Denver Nuggets formarán así con un tandem de anotadores poco visto en la historia de la NBA. Según se complementen el máximo anotado de la Liga, Carmelo Anthony -31,6 puntos por partido- y el segundo, Iverson -31,2 puntos-, dependerá el futuro de Denver. Sin embargo, el entrenador George Karl puede estar jugando a la ruleta rusa. Iverson se ha enfrentado con todo sus entrenadores -incluido Larry Brown, con el que fue a la final del 2001-, le gusta muy poco entrenar y ha tenido sus encontronazos con la justicia. Ahora, por primera vez en su carrera, le tocará pasar el balón, y no a un cualquiera. A Melo, uno de los nuevos rostros de la Liga, y encestador formidable, le gusta terminar cada jugada. A Iverson le gusta empezarlas y acabarlas.

La inversión económica también es elevada para Denver, que pagará a Iverson 57 millones de dólares (unos 43,5 millones de euros) en los próximos dos años y medio, los que le quedaban del contrato con Filadelfia. Iverson seguirá luciendo su número 3 tras cedérselo Marr Johnson.