Los infartos y el tráfico provocan la mitad de las muertes en el trabajo

La mitad de las muertes por accidente laboral se debe a infartos o a accidentes de tráfico producidos durante la jornada de trabajo. Estos dos motivos superan a otros más comúnmente asociados a la siniestralidad, como las caídas, los choques o los aplastamientos. En el último año, los accidentes mortales han caído un 3,4%, aunque el total de siniestros ha aumentado ligeramente. El mayor aumento se registra en la construcción.

Las caídas desde el andamio o los aplastamientos por una máquina pesada son dos de las imágenes más tradicionalmente vinculadas a los accidentes de trabajo. Pero su peso cuantitativo es inferior al de otras situaciones que en la actualidad provocan la mayor parte de las muertes. Las patologías no traumáticas (infartos, derrames...) y los accidentes de tráfico están detrás del 50% de las muertes producidas en el lugar de trabajo, según datos del Ministerio de Trabajo referidos al periodo comprendido entre octubre de 2005 y septiembre de 2006.

La importancia de estos dos motivos refleja los cambios que ha experimentado el mercado laboral en los últimos años. Muchos trabajadores están aquejados de estrés o realizan sobreesfuerzos, lo que provoca infartos y dolencias similares. La relevancia de los accidentes por carretera (no se incluyen los ocurridos en el trayecto del trabajo a casa, sólo los relacionados con la actividad profesional) supone "una peculiaridad", según el secretario general de Empleo, Antonio González, que presentó ayer la estadística.

Con casi un millón de accidentes al año, España registra alrededor de un millar de muertes en el lugar de trabajo. La incidencia de estos siniestros (hay más de 6.000 por cada 100.000 trabajadores afiliados) prácticamente duplica la media europea. Los datos del último año contienen algún elemento esperanzador. Así, el número de muertes (970 en 12 meses) es un 3,6% inferior al de un año antes.

Lo que no remite es el total de accidentes (leves, graves y mortales), que creció un 1,3% hasta alcanzar los 924.213. La subida es mayor (el 4%) si se tiene en cuenta sólo la construcción. Trabajo realiza una lectura positiva de estas cifras: "La población afiliada ha crecido un 4,9%, más que los accidentes, por lo que la incidencia es menor". Ese índice de incidencia cae en los accidentes en general, especialmente en los mortales.

El informe sobre siniestralidad recoge por primera vez datos de autónomos, que desde 2004 pueden cotizar por accidentes de trabajo (y recibir las correspondientes prestaciones). El impacto de la siniestralidad sobre este colectivo es casi tres veces inferior al que padecen los asalariados. En el caso de las muertes, la diferencia es más ajustada (hay casi cinco muertos autónomos por cada 100.000 trabajadores frente a los algo más de seis en general). La información sobre autónomos se refiere sólo a 2005.

El menor riesgo de sufrir un accidente que tiene un autónomo se explica por la actividad que desarrolla. "Son actividades de mayor cualificación y, por tanto, de menor riesgo que otros trabajadores; justo lo contrario de lo que ocurre con los inmigrantes", explicó el secretario general de Empleo.