_
_
_
_
Crónica:Fútbol | 15ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Torres, de 'Champions'

El Atlético, liderado por su resucitado ariete, acaba ante el Getafe con su maleficio casero

El Atlético se adelantó por primera vez en casa en toda la temporada. Marcó un gol. Suficiente. Con eso le bastó para ganar y auparse a la cuarta plaza de la tabla. La última que da derecho a jugar la Liga de Campeones.

Javier Aguirre, el técnico rojiblanco, es un hombre práctico. Si Agüero funciona, que parece que sí, pues Agüero juega. Visto que Jurado mezcla bien con los delanteros y aporta calidad - una posible sorpresa, un factor de ventaja insospechado-, pues Jurado juega. Ayer el número de futbolistas rojiblancos con muy poca edad y bastante talento era muy superiorior a la cifra habitual de las campañas pasadas. El número habitual las temporadas precedentes era de uno. Sólo uno. Fernando Torres. Naturalmente, esa sobredosis de recursos ofensivos fue menguando según se acercaba el final. Aguirre es práctico. Pero también inseguro. Era la primera vez que el Atlético se adelantaba en su estadio. Se trataba de defender el gol.

ATLÉTICO 1 - GETAFE 0

Atlético: Leo Franco; Seitaridis, Pablo, Zé Castro, Antonio López; Galletti (Pernía, m. 72), Luccin, Maniche, Jurado (Gabi, m. 79); Agüero (Mista, m. 65), y Torres.

Getafe: Abbondanzieri; Contra, Alexis, Pulido, Paredes; Casquero (Paunovic, m. 77), Celestini; Redondo, Del Moral, Alberto (Sousa, m. 60); y Güiza (Pachón, m. 70).

Gol: 1-0. M. 23. Centro de Fernando Torres, tras una jugada individual, desde la línea de fondo que remata de cabeza viniendo desde atrás Maniche.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó con cartulina amarilla a Galletti, Abbondanzieri, Celestini y Paredes.

Unos 35.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón.

Más información
Romper moldes
Aguirre: "Sufrimos mucho"

Fernando Torres tiene el problema de los niños envejecidos prematuramente por el exceso de responsabilidad. Después de cinco años de asumir todas las expectativas, todas las esperanzas del Calderón, Torres se siente culpable cuando las cosas no salen bien. Entonces es cuando se pone a correr por todo el campo, tratando así de expiar sus culpas. Las suyas y las de sus compañeros.

Ayer, con un punto de forma que hace tiempo que no mostraba, volvió a ser el futbolista deslumbrante que emergió entre los escombros del Atlético de Segunda. Torres, como es habitual, volvió a hacer lo mejor de su equipo, recordando ese espíritu de manada desbocada que comparte con Ronaldo. Incluido el pase del gol, fruto de una jugada individual de toque y fuerza. No fue su única aparición. Otra jugada individual suya se convirtió en un astuto pase a Agüero al que el argentino no llegó. Además, sus galopadas sorteando rivales tuvieron más sentido que en otras ocasiones, aunque le volvió a sobrar algún regate.

El talento no es, sin embargo, asunto central en el Getafe. El equipo madrileño cambia de materia prima casi todos los años. Sus jugadores, revalorizados, regresan a sus lugares de origen, canteras ilustres, o fichan por equipos con un escudo más antiguo. Pero da igual. El secreto de su sobresaliente, aunque breve, historia en Primera tiene más que ver con una idea que con los individuos al servicio de ella.

De hecho, los futbolistas del Getafe actual son de corte muy semejante a los de temporadas precedentes. Excedentes de cupo, gente de vuelta o jóvenes incomprendidos. Todos -Güiza, Del Moral, Redondo, Casquero- han comprendido lo que quiere su técnico, Bernd Schuster. Todos -Paredes, Contra- se aplican a ello olvidando nombre y dorsal. El conjunto madrileño juega un fútbol sencillo con jugadores sencillos. El manual primario. Los centros desde las bandas. Los relevos en las bandas. Las transiciones rápidas. Los apoyos en el centro del campo.

Aferrados a esas reglas, ayer también tuvieron sus oportunidades. Pocas, eso sí. La mejor, una de Dani Güiza -que soñaba con estirar los brazos en la posición del arquero en El Calderón-. El jerezano, discípulo lejano de Kiko, se quedó sólo en la frontal con Leo Franco adelantado. Lanzó un semiglobito ajustado al palo que detuvo el guardameta argentino. El grupo de Schuster tiene el pulso inalterable. Le da lo mismo ir perdiendo o ganando. Mantiene siempre el mismo ritmo. El que ha marcado su entrenador. Un ritmo machacón que fue arrinconando al Atlético.

En el segundo tiempo, el equipo rojiblanco cedio terreno y la pelota. Lo único que le faltó, en vista de su manifiesta desaparición del campo, fue pedir la hora al árbitro al cuarto de hora de ese periodo. La evidente intención de limitarse a defender el resultado pilló al Getafe con el pie cambiado. Su intención era la misma del principio: esperar a que surgiese la ocasión. Nada de desmelenarse.

Y es que el Getafe también tiene otra constante: no mete goles con facilidad. Sus números en ese apartado se acercan a los de la Real Sociedad, penúltimo del campeonato.

Suerte para el Atlético, con un gol le bastó. En realidad, le bastó con 45 minutos correctos de su mejor once posible en estos momentos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_