China, el segundo socio comercial de EE UU

El déficit comercial de EE UU es un factor de preocupación global. Y este año todo indica que rebasará ampliamente el récord de 716.700 millones de dólares marcado en 2005, que entonces equivalía al 5,8% del PIB. El debilitamiento en la expansión económica y la caída de la demanda interna podrían ayudar a corregir la situación. Pero EE UU necesita que sus exportaciones crezcan el doble que las importaciones para estabilizar su balanza.

Y en este punto entran en juegos dos factores externos. Por un lado, se necesita que economías como Europa y Japón crezcan con la solidez suficiente para demandar productos y servicios procedentes de EE UU. Por otro, que China e India controlen sus flujos comerciales hacia el exterior. El país asiático se convirtió en octubre como el segundo socio comercial estadounidense, un lugar que ocupaba México por detrás de Canadá.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se ha mostrado hasta la fecha complaciente con un dólar débil como un factor de competitividad de EE UU en el exterior. Sin embargo, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, empieza a defender una divisa fuerte. Bernanke y Paulson viajaron el pasado jueves a Pekín para empezar a arreglar las cosas en este sentido y conseguir que las autoridades chinas empiecen a jugar con las mismas reglas que el resto de las potencias económicas integradas en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El déficit comercial con China se elevó en octubre hasta los 24.400 millones de dólares, estableciendo un nuevo récord. En los 10 meses de este año, el comercio total de EE UU con el gigante asiático fue de 281.000 millones, frente a los 278.300 millones de México. Y va camino de rebasar el récord de 2005 en un 13%. Washington acusa a Pekín de mantener artificialmente baja su divisa. Una mejora en la balanza comercial, junto a una reducción del déficit fiscal, podría volver a dar así alas al dólar.