Pirámides bajo el volcán
Secretos de la cultura guanche en el parque etnográfico de Güímar
Un cierto parentesco entre las islas Canarias y el Nuevo Mundo es una evidencia que no se reduce al habla o al vaivén migratorio entre ambas orillas del Atlántico. Sobre todo desde 1998, fecha en que abrió sus puertas, al este de Tenerife, el Parque Etnográfico de las Pirámides de Güímar. Un complejo generosamente concebido y dotado que relaciona unas pirámides guanches allí encontradas con estructuras similares de México o Perú, e incluso con los marae (tan increíblemente parejos) de Polinesia. Una mirada ancha que se detiene, además, en los épicos periplos a través de los océanos sobre frágiles balsas de madera o de totora.
Todo comenzó cuando la prensa local publicó un artículo, a principios de los noventa, sobre unas estructuras escalonadas en Güímar. La gente siempre había pensado que aquello no eran más que montones de pedruscos, sacados de la monda del terreno volcánico, y aprovechados como terraza para poner a secar o madurar algunos frutos -otras explicaciones más fantasiosas no se sostienen-. El caso es que el artículo de marras llegó a manos del antropólogo y aventurero noruego Thor Heyerdal. El cual se desplazó a Tenerife y levantó la liebre entre arqueólogos profesionales, al tiempo que implicaba a la empresa noruega Fred Olsen para que creara el parque. En 1991, dicho parque y el Departamento de Arqueología de la Universidad de La Laguna iniciaban excavaciones en toda regla.
Lo cierto es que la existencia de este tipo de estructuras en la sociedad prehispánica de las islas era un hecho documentado. En el siglo XVI, Juan Abreu Galindo, una de las fuentes más sólidas para conocer la cultura guanche, anotaba que los indígenas apilaban piedras sueltas en forma de pirámide o montículo, sobre el cual colocaban una estela, y en torno a aquello celebraban "sus fiestas de devoción".
Orientación astronómica
Las pirámides de Güímar son enormes, no simples pilas de cantos, y eso es lo primero que impresiona. Se han recuperado seis estructuras con un meticuloso tallado de las piedras, y peldaños perfectos que conducen a su cima. Por la orientación astronómica, se piensa que pudieran haber servido, a la vez que como centro de culto, para la fijación de fechas del calendario agrícola. En 1997 y 1998, arqueólogos norteamericanos y canarios descubrieron, bajo la pirámide número uno, una cueva de ocho metros de largo con restos arqueológicos guanches (huesos, punzones, cerámica, cuentas de collares). Los hallazgos efectuados en todo el recinto pueden verse en el museo instalado sobre una antigua estancia de labranza, Casa Chacona. La casa, totalmente replanteada, así como el resto de las instalaciones, se deben al proyecto arquitectónico de César Ruiz-Larrea, Enrique Álvarez y Carlos Rubio, que han puesto el acento en anudar el recinto con la salvaje grandiosidad del paisaje y los cultivos y las viviendas más próximos. Tras un espacio de acogida en torno a un patio típico (donde se sitúan la tienda, cafetería y otros servicios), se puede acceder a un auditorio invisible, soterrado, donde se pasa un documental en varios idiomas, y a la casa-museo, que se puede visitar con audioguías.
En una explanada junto a las pirámides pueden verse réplicas de las balsas de totora utilizadas por Thor Heyerdal en sus célebres periplos. Es el tributo a los impulsores del parque y tal vez la parte más discutible del mismo. Algo que está a salvo de reparo es la belleza del paraje (Güímar es el otro valle del Teide, menos conocido que La Orotava, pero no menos seductor) y la impecable puesta a punto de las instalaciones, lo que ha convertido ya a este parque en uno de los reclamos más atractivos y visitados de la isla.
GUÍA PRÁCTICA
La visita- El Parque Etnográfico Pirámides de Güímar (922 51 45 10; www.piramidesdeguimar.net) se encuentra a las afueras de esa población, a 26 kilómetros de Santa Cruz de Tenerife. Acceso: por la autopista TF-1, salida en Arafo, kilómetro 19, o en Güímar, bien señalizado a la salida. Horario: todos los días, de 9.30 a 18.00 (exceptoel 25 de diciembre y el 1 de enero). Precio: los adultos, 9 euros; los niños, 4,50 euros (para residentes: 7 y 4 euros, respectivamente). Audioguía, 1,50 euros; precios especiales para grupos.
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