Enorme Urzaiz

Casualidades de la vida. El Recreativo, el histórico, el club más antiguo del fútbol español, llegaba a Bilbao, sobrado de fútbol y puntos, cuando el Athletic, es decir, su entorno, anda metido en un debate, no se sabe si profundo o coyuntural, sobre su filosofía. Llegaba el Recreativo sorpresa cuando en Bilbao se duda de la utilidad de una filosofía de 108 años, de la actitud y de la aptitud de los actuales futbolistas (el Diputado General de Vizcaya, José Luis Bilbao, les acusó de juerguistas), de la falta de expectativas de un equipo condenado, al parecer, a un descenso inminente. Y llega el Recreativo y le ofrece al Athletic, probablemente en el momento más atribulado de su historia, el partido soñado. Primero le regala un gol por un mal entendimiento entre Bautista y su portero (hay dudas sobre si el balón sobrepasó totalmente la raya de gol), a los cinco minutos de encuentro. Un regalo bendito para un equipo bajo sospecha y lleno de bajas (hasta ocho) que aún no había ganado en San Mamés. Probablemente, ahí perdió, a los cinco minutos, el partido el Recreativo, incapaz de sobreponerse a esa fatalidad a pesar de su intento de fútbol aseado y quizás por una defensa flaquita con tendencia a la descolocación.

Por eso y por la presencia inconmensurable de Ismael Urzaiz, autor de dos goles, el primero de ellos para el recuerdo de San Mamés. Fue una piedra de Javi Martínez desde el pico del área grande que Urzaiz resolvió con un escorzo acrobático, de espaldas a la portería y superando de espuela a un sorprendidísimo López Vallejo. Fue la emulación del gol de Cruyff en 1973 al Atlético de Madrid, pero con un añadido de dificultad que se advierte fácilmente al ver el físico del flaco y el del grande de Tudela a la hora de las acrobacias. Si el autogol de Bautista hundió al Recre, el golazo de Urzaiz lo sepultó, lo llenó de dudas y convirtió lo que parecía un equipo valiente y aseado de fútbol en un mar de inquietud y de inseguridad. El tercer gol lo retrató: Urzaiz, que difícilmente pasa desapercibido, cabeceó a placer un centro preciso de Gabilondo. La defensa miró y Urzaiz marcó los tiempos.

El partido se puso cuesta abajo para el Athletic, que con Mané demuestra mayor orden, aunque mantenga errores defensivos individuales. Los accidentes se apoderaron del partido. Vallejo despejó contra el muslo de Garmendia y fue gol. Sinama se dio un paseo interminable por la banda antes de poner el balón en la cabeza de Uche, y fue gol. Y Sarriegi, abochornado por los regalos del Recreativo, le devolvió el favor en un cabezazo impecable contra Aranzubia, que fue gol. Y así acabó un partido soñado por el Athletic, realizado por Urzaiz y que dejará secuelas en el Recreativo.