Zapatero frena la subida del 10% en la tarifa de la luz esbozada por Clos

La subida del recibo de la luz con vistas al año próximo, uno de los caballos de batalla a los que se ha subido la oposición del Partido Popular (PP), provocó ayer algún chispazo interno en el Gobierno. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, frenó las supuestas intenciones del ministro de Industria, Joan Clos, de subir la tarifa eléctrica media un 10%. El incremento global está por decidir, pero el mensaje de Moncloa fue claro: por lo que respecta a los más de 20 millones de hogares, la factura no subirá más que la inflación. El Gobierno espera que el IPC no llegue al 3% a finales de año.

Zapatero dio su parecer sobre la cuestión al ministro Clos a primera hora de la mañana. Poco después, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, declaró públicamente que la luz "no va a subir el 10% para los ciudadanos" en 2007. Y, más tarde, desde Vigo, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, despejó dudas sobre las intenciones del Gobierno: "No va a haber aumento" del recibo de la luz "más allá" del IPC, informa Efe.

El propio Ministerio de Industria transmitió a los medios de comunicación que la metodología con la que "trabaja" para calcular la subida de la tarifa en 2007 persigue que, de promedio, el incremento para los usuarios domésticos se sitúe "en torno" al IPC.

Versiones opuestas

Fuentes de Industria rechazaron que hubiera marcha atrás y aseguraron con rotundidad que "no hay cerrada" ninguna propuesta sobre la tarifa de 2007, ni tampoco "ningún borrador de propuesta". Añadieron que cualquier "especulación" sobre la subida aparecida en la prensa sólo podría atribuirse a alguno de los "múltiples escenarios" que se vienen estudiando, "y que no se corresponden a los trabajos de las últimas tres semanas", sugiriendo que ha quedado vieja.

Dichos escenarios estudian fórmulas posibles para acabar con el déficit tarifario, que es la diferencia entre lo que cuesta producir la energía y los ingresos vía tarifa que perciben las eléctricas. Este déficit ronda los 3.000 millones de euros y, si la tarifa recogiera de golpe los costes de las materias primas, debería dispararse un 30% hasta 2011.

Otras fuentes del Gobierno, sin embargo, afirmaron ayer que desde Industria sí se contemplaba una subida del orden del 6% a principios de 2007, y una segunda subida del 4% en el siguiente semestre, para los consumidores domésticos. En total, un 10% acumulativo para los hogares, que suponen un tercio del consumo de energía en España. En cuanto a las grandes industrias, que son el grueso del consumo, la idea era aumentarles la factura en torno a un 15%.

De hecho, el secretario general de Energía, Ignasi Nieto, señaló el pasado 29 de noviembre que la subida de la luz sería superior a la del índice de precios al consumo (IPC) para la mayor parte de los consumidores domésticos. Explicó que Industria quería diferenciar a los usuarios según su consumo, y que la tarifa sería más cara cuanto mayor fuera la potencia contratada. Nieto dijo entonces que la subida de la luz sólo sería la del IPC para el pequeño grupo de hogares con una capacidad de hasta 775 vatios. Sólo hay 135.000 consumidores a los que les sea aplicable esta llamada tarifa social, frente a los más de 20 millones restantes de hogares.

Preguntado al respecto, el Ministerio de Economía se remitió a las declaraciones realizadas por el secretario de Estado de Economía, David Vegara. Vegara, que presidió la presentación del número 88 de la revista Perspectivas del Sistema Financiero, editada por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), fue preguntado si la subida pactada era del 10% y su respuesta fue tajante: "Eso lo dice usted", espetó al periodista. "Que yo sepa, el Ministerio de Industria aún no tiene la propuesta definitiva sobre la mesa. Las cosas están como están. Hay que esperar a ver cuál es la propuesta definitiva y cómo enmarcamos toda la política tarifaria para 2007", continuó. El vicepresidente Pedro Solbes ha dicho más de una vez que las tarifas deben reflejar los costes de la energía, y que éstos no deben continuar aplazándose mediante el reconocimiento del déficit de tarifa.