Un alud de juego sepulta al Sevilla
El Espanyol cuaja un partido sensacional, remonta y priva del liderato al conjunto andaluz
El Espanyol cuajó la mejor actuación que se le recuerda desde que es inquilino de Montjuïc y destronó al Sevilla, que, por momentos, paladeó la vuelta al liderato, pero acabó yéndose trasquilado de Barcelona. El Sevilla se adelantó con un gol de penalti, transmitió una sensación fiera e intimidante, pero se equivocó por completo porque miró más al marcador que a la realidad del juego, dominado de cabo a rabo por un Espanyol en estado de efervescencia.
No quiso dar crédito Juande Ramos a la cadencia de los acontecimientos y, mirando al 0-1 que campeaba en el marcador desde que poco antes de la media hora Kameni se precipitara en una salida y cometiera penalti al llevarse por delante a Renato, apenas corrigió nada. Pensó Ramos que bastaría con la intimidación del primoroso Kanouté y la seriedad de un equipo bien plantado y que dejó tantos retazos de calidad individual como de dureza, aplicada, eso sí, casi siempre en los límites del reglamento y del engaño al árbitro.
ESPANYOL 2 SEVILLA 1
Espanyol: Kameni; Zabaleta, Jarque, Torrejón, Chica; Moisés, De la Peña (Moha, m. 86); Rufete (Pandiani, m. 57), Luis García, Riera; y Tamudo (Costa, m. 82). No utilizados: Iraizoz; Lacruz, Velasco y Coro.
Sevilla: Palop; Daniel Alves, Javi Navarro (Kepa, m. 85), Escudé, Dragutinovic; Adriano (Chevantón, m. 77), Martí, Renato, Puerta; Kanouté y Luis Fabiano (Bruno, m. 62). No utilizados: Cobeño; Castedo, Aitor Ocio y Hinkel.
Goles: 0-1. M. 25. Kanouté transforma por bajo un penalti de Kameni a Renato. 1-1. M. 67. Tamudo, de espaldas a la portería y con Escudé enganchado a él, se hace un autopase y supera por alto a Palop. 2-1. M. 79. Luis García remata un centro de De la Peña.
Árbitro: Pérez Burrull. Expulsó a Riera (m. 85). Amonestó a Kameni, Javi Navarro, Tamudo, Chica, Zabaleta y Adriano.
22.230 espectadores en Montjuïc.
Los jugadores del Espanyol conectaron a las mil maravillas y sacaron chispas en un montón de acciones. Pertrechado por Moisés, De la Peña movió al equipo a discreción. Riera ha pasado de ser un diletante a ofrecerse sin descanso desde la punta izquierda. Se ha convertido en un punto neurálgico del equipo, aunque acabó desquiciado por el estupendo mano a mano que mantuvo con el machacón Dani Alves y fue expulsado cuando el Espanyol ya le había dado la vuelta a la tortilla. Luis García se siente cada vez más cómodo hurgando en la media punta, especialmente cuando, como fue el caso, el equipo saca a relucir su variedad de recursos y empuja desde todos los ángulos.
Palop tuvo que emplearse a fondo a resultas de un disparo de Moisés. Escudé le quitó el gol a Tamudo tras una espléndida jugada en la que Riera habilitó de tacón para que Chica centrara. Kanuté transformó el penalti de Kameni, muy discutido por los jugadores y la grada. El Espanyol continuó empujando de firme. Se estrelló de nuevo contra Palop, que detuvo otro remate a quemarropa de Luis García, tras una estupenda pared con De la Peña. Maravillaba y remataba el Espanyol sin obtener nada a cambio. Estuvo a punto de perder el rumbo cuando vio que el árbitro, en vez de sancionar con el penalti que pedía por un agarrón de Escudé a Tamudo, amonestó al capitán. Tras unos instantes de desbarajuste, perseveró de nuevo. Avisó otra vez Moisés y también Luis García, al que se le fue por unos centímetros un remate cruzado después de un pase en diagonal y al hueco de De la Peña. Una acción calcada a la que se produjo dos minutos después, pero esta vez con Jarque de asistente y De la Peña de rematador.
En el instante más imprevisto apareció el de siempre. Tamudo se inventó el gol en la acción más banal. Recibió de espaldas, con Escudé enganchado a él. Tal como le llegaba el cuero, se hizo un autopase de tacón que dejó secó al central francés, se dio la vuelta, encaró en carrera a Palop y lo superó por alto con un sutil toque.
El empate no hizo sino envalentonar más al Espanyol. Valverde cargó el equipo con más pólvora y relevó a Rufete por Pandiani. El uruguayo, otro que atraviesa por un momento de forma pletórico dibujó una magnífica jugada con De la Peña. Juande dio entrada al joven Bruno y retiró a Luis Fabiano, que pasó inadvertido por Montjuïc. Continuó desmelenado el Espanyol, hilando como la seda. Anotó el segundo gol con otro alarde de facultades individuales y colectivas. Pandiani proyectó a De la Peña, que se desmarcó como si de un extremo diestro se tratara y centró para que Luis García sólo tuviera que empujar a la red. El plasticismo de la acción selló el partidazo del Espanyol y castigó la falta de reflejos y el punto de indolencia del Sevilla.
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