El Depor se estrella frente a nueve

Hace no mucho, en el Deportivo se pegaban por un puesto en la delantera Tristán, Makaay y Luque. Tres jugadores que al final de cada temporada garantizaban una hoja de servicios con dos dígitos en el casillero de goles. Corren otros tiempos por Riazor. Los máximos realizadores son Arizmendi y Juan Rodríguez, con la pírrica cifra de tres tantos cada uno en las trece jornadas de Liga que se llevan consumidas.

El nueve es un número que empieza a obsesionar a Joaquín Caparrós. El Depor intenta sobrevivir a balón parado sin un delantero nato y comienza a ser preocupante. Ayer tampoco fue capaz de meter un gol a un Racing que acabó con nueve jugadores. Munitis se fue a la calle en el minuto 50 por dirigirse al juez de línea y en el 80 siguió el mismo camino Zigic, la otra pata del llamado "Dúo Sacapuntos", por doble cartulina amarilla. Ni así fue capaz el Deportivo de espantar la crisis que se anuncia. Se estrelló contra la defensa santanderina y sólo ha conseguido tres puntos en las últimas seis jornadas. La afición ha pasado de contemplar con optimismo los puestos altos de la tabla a escrutar con pesimismo la distancia que separa a su equipo del descenso. "Nuestro objetivo es que el año que viene estemos jugando contra el Real Madrid", sentenció Joaquín Caparrós al terminar el choque.

El Racing representa el reverso de la moneda. Arrancó con dudas la competición, coqueteó peligrosamente con los puestos de descenso, y ahora cree ciegamente en sus posibilidades. Eel conjunto de Miguel Ángel Portugal sacó ayer tajada de los continuos cambios de rumbo de Caparrós. El técnico blanquiazul plantó un equipo que, sobre el papel, estaba diseñado para tener la pelota y trenzar fútbol. Para ello, sacrificó a Sergio, que había criticado el juego del equipo durante la semana, retrasó a Verdú para darle criterio a la salida del balón y apostó por Juan Rodríguez para enlazar con Riki.

Pareció que principiaba bien la cosa, que se trataba de un partido para despejar las sospechas. Pero el Depor se estrelló contra sí mismo, contra la ausencia de un delantero goleador. En el primer tiempo Juan Rodríguez malgastó un preciso centro de Barragán; Verdú desperdició un magnífico pase de Capdevila que delante del portero Toño y la misma suerte corrió otro remate de Estoyanoff. Tres ocasiones claras dilapidas. El Racing llegó a A Coruña con la sana intención de conseguir un empate. Puso la trinchera en el centro del campo con Vitolo y Colsa desbaratando el poco fútbol que proponían Verdú y Coloccini y buscó la altura de Zigic para llegar al territorio de Aouate. Dos ocasiones tuvo el inacabable delantero en el primer tiempo, pero la primera se le marchó fuera tras adelantarse al israelí y la siguiente se topó con los guantes del meta.