Iberdrola da el gran salto europeo

Iberdrola ha logrado dar el salto de presa a cazador. De estar considerada un potencial objetivo de compra para las grandes eléctricas europeas, ha pasado a erigirse como uno de los competidores en la Liga de Campeones de la energía europea. La compra de Scottish Power permitirá al grupo español medirse en suelo británico con EDF, E.ON y RWE, que ya tienen presencia en el mercado más liberalizado de Europa.

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha conseguido que ese cambio de papeles se haya logrado con el beneplácito de la mayoría de los analistas y con una reacción favorable del mercado. En buena parte se debe a que ha pagado casi la mitad de los 17.200 millones de la operación con su propia moneda, las acciones de Iberdrola, que ya cotizaban cerca de sus máximos históricos. A ello se une el valor actual de las sinergias previstas y de las deducciones fiscales a que da lugar la operación.

El pago con acciones encarece la toma de posiciones por parte de ACS, que ve diluida su presencia, y da entrada en el capital a grandes inversores institucionales internacionales, aquellos con los que mejor se entiende Galán, recién investido "mejor CEO [primer ejecutivo] del año" en los premios Platts, algo así como los Oscar del sector de la energía.

Iberdrola logra con la operación una gran diversificación tanto geográfica como de negocio, lo que la fortalece ante los riesgos de los diferentes mercados. Los analistas ven difícil, pero no imposible, que surja una contraoferta que frene la española.