Ronaldo, contra el peso del Bernabéu

Se dice que la mejor virtud de Fabio Capello, el entrenador del Madrid, es su capacidad para gestionar vestuarios difíciles. Capello, cuenta la leyenda que le precede desde Italia, es un especialista en recuperar a estrellas díscolas y manejar egos de superestrella. Usa, no hay más que verle en los entrenamientos, la técnica del palo y la zanahoria. Ahora una bronca. Luego una carantoña. Y viceversa. Capello, que lleva años entrenando al máximo nivel, suele usar a la prensa como un instrumento más de sus estrategias reactivadoras. Y ayer no hizo una excepción. El Madrid se mide hoy al Athletic. Y lo hace sin Cannavaro, sancionado, ni Helguera, lesionado. Juega sabiendo que saca más puntos fuera que en casa. Y con Ronaldo, lesionado desde hace casi un mes, en la convocatoria. A él dirigió Capello sus mensajes ayer: "Está muy bien. Está entrenando bien", fue la zanahoria. "Está en una condición casi normal", el palo.

Y el palo, claro, ese es el truco, la técnica depurada de Capello, ya venía precedido de una carantoña. "¡Le he picado mucho, pero le tengo que picar más!", dijo el técnico italiano esta semana en As. "Aún no está en su peso ideal, aunque se encuentra muy bien. Está entrenándose de maravilla. Muy fuerte, el lunes, el martes... Sería normal que jugara el domingo [por hoy]. De verdad, Ronaldo es el jugador con mayor calidad que yo he visto. Es impresionante el potencial que tiene".

Ronaldo sufrió un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda en el partido de Copa ante el Ecija del 9 de noviembre. Durante el descanso de aquel partido, en el que el Madrid rozó el ridículo durante la primera parte, Capello le recriminó su exceso de peso. Desde entonces, el punta ha vivido encerrado en el gimnasio y entrenándose en doble sesión. En consecuencia, zanahoria: Ronaldo vuelve contra el Athletic, un equipo al que le ha marcado cuatro goles en el Bernabéu desde la temporada 2002-2003.

Falta le harán a Capello hoy los tantos del brasileño, un delantero que se ha quejado repetidas veces del trato que le dispensa el graderío de Chamartín: el Madrid obtiene peores registros en el Bernabéu -donde ha logrado 11 puntos, cediendo dos empates y una derrota- que fuera de casa -15 puntos, cinco victorias y una derrota, el mejor registro de toda la Liga-. "Es verdad que en casa no jugamos como fuera", analizaba Fabio Cannavaro, flamante Balón de Oro. "En el Bernabéu los equipos se cierran. Yo me quedo con el partido del Valencia, donde jugamos como un equipo. A la gente puede que no le gustara, porque no chutamos mucho, pero lo importante fue ser un equipo".

"Me gustaría que el equipo sufriera menos [en el Bernabéu]", coincidió ayer Capello en rueda de prensa. "Hemos perdido puntos. El fútbol es así y pienso que en algunos partidos hemos tenido mala suerte, pero la suerte hay que buscarla. El equipo tiene ilusión y está trabajando bien", continuó. "¿Cambiarán las cosas ante el Athletic?", se le preguntó. "No he visto a ningún equipo venir al Bernabéu y jugar arriba", espetó el técnico italiano. "Defienden y juegan a la contra y así nos pueden hacer daño", avisó.

Al Madrid, por lo tanto, le espera el Athletic, un equipo que camina con la cabeza gacha por la Liga, metido un año más en la lucha contra el descenso, y que llega al Bernabéu tras cambiar de entrenador: Mané debutará en Madrid. Parece difícil que la psicología y los trucos de Capello, por mucho que le preceda su fama, lleguen tan lejos: Ronaldo debutó con el Madrid el 6 de octubre de 2002, ante el Alavés y en el Bernabéu. Marcó al minuto de entrar en el campo y tuvo tiempo de lograr otro tanto y dar una asistencia. En el partido de vuelta hizo un hat-trik eléctrico. Y Mané, incapaz de encontrar la fórmula para pararle, vio sus dos actuaciones estelares desde el banquillo del Alavés.