Juan Aparicio Benito, sindicalista de CC OO

Juan Aparicio falleció en accidente de tráfico en la noche del pasado sábado, cuando regresaba de participar en la manifestación de solidaridad con el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Seseña frente a las presiones de un promotor inmobiliario. Fue su último acto de compromiso, uno más, con la sociedad y con la democracia.

Juan era funcionario, pero desde muy joven optó por entregarse a los demás. Por convicción y por compromiso. Contribuyó a crear e impulsar las Comisiones Obreras en su tierra -Toledo y Castilla-La Mancha- y en su ámbito laboral -la Administración autonómica-, y contribuyó a mejorar las condiciones de vida y de trabajo de miles de personas. Muchas de ellas quizá ni lo sepan; otras muchas, muchísimas, sí. Porque fue siempre allí donde fue preciso: a afrontar un problema, a celebrar una asamblea, a promover una movilización, a negociar una plataforma o a explicar un acuerdo.

Nunca escatimó horas ni esfuerzos. Se ganó el aprecio de todos en todos los lados. Por supuesto, de los compañeros de CC OO, pero también de los representantes de otros sindicatos y de la Administración autonómica con los que tuvo que bregar. Sus propuestas para la mejora de los servicios públicos y de las condiciones laborales de los empleados públicos eran fruto de mucho conocimiento y de mucho trabajo. E igual que sabía idear soluciones y aportar iniciativas sabía defenderlas y abrirlas camino hasta convertirlas en realidades tangibles.

Juan era una excelente persona. Cumplidos los 59 años, iba a incorporarse a su puesto de trabajo como funcionario en Talavera de la Reina, donde vivía con su compañera y su hija. Dejaba atrás el viaje diario de casi toda su vida para atender las tareas sindicales en decenas de centros de trabajo de toda Castilla-La Mancha.

Y fue entonces cuando murió en la carretera. Un sábado por la noche, tras cumplir una vez más con su compromiso con la democracia, con la izquierda, con la sociedad.