Un consejero de palabra fácil
Francesc Baltasar (Barcelona, 1949) es un consejero de palabra fácil. Ha forjado sus discursos en mil mítines que le mantuvieron durante cuatro lustros como alcalde de Sant Feliu del Llobregat. Ha sido también portavoz de Iniciativa per Catalunya entre 1997 y 2000, y diputado en el Congreso.
De joven fue periodista y ya mayor participó como tertuliano en diversos programas de radio y en uno de televisión dedicado a una de sus aficiones más conocidas: el fútbol.
Tras dejar la primera línea de la actividad política (dejó al mismo tiempo la alcaldía y las tareas de portavoz de ICV) pasó a trabajar en una empresa privada, sin abandonar la militancia.
En 2003, al formarse el Gobierno tripartito, Joan Saura lo rescató para el Departamento de Relaciones Institucionales. En no pocos sentidos, fue su álter ego o, dicho en términos más domésticos, el fontanero de ICV en el Gobierno catalán.
La salida de ERC del Gobierno previa al referéndum del Estatuto hizo que Baltasar terminara como consejero sustituyendo a Salvador Milà. En privado ha reconocido que fue una sorpresa y, también, que le hizo mucha ilusión el cargo. Ilusión que tradujo en horas de trabajo.
Su trayectoria política es la de un reformista dentro de ICV. Se ha apuntado a todas las moderaciones y ha sido, fundamentalmente, pactista y encantador. La misma actitud ha mantenido como consejero, dedicándose a limar asperezas aparecidas, no siempre con motivo, con los socios y con los empresarios en la etapa de Milà.
