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Crónica:Fútbol | 12ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Celta sólo iguala con un Zaragoza que jugó con 10 desde el minuto 12

Con un empate ganaron todos en Balaídos. El Celta, que suele perder en su propio campo, y el Zaragoza, que se quedó con diez nada más comenzar el partido. Todos menos el árbitro Rubinos Pérez, que tuvo que retirarse del choque por una lesión tras expulsar a Zapater.

Los de Fernando Vázquez tenían que demostrar que, además de controlar el balón, también son capaces de ganar en su estadio, algo que esta temporada es excepcional: tan sólo le ha ganado al Valencia. Pero el técnico del Zaragoza Víctor Fernández, lanzó a sus jugadores desde el primer minuto. D'Alessandro lo intentó con un pase a Sergio García que remató con aviso de gol. Como no cuajó, a los dos minutos, otro centro del propio D'Alessandro, esta vez para Diego Milito, terminó con un cabezazo limpio que Pinto sólo pudo saludar con la mirada. Nadie del Celta lo estaba marcando. La organización defensiva en los centros sigue siendo una asignatura pendiente en el Celta.

CELTA 1 - ZARAGOZA 1

Celta: Pinto; Ángel, Contreras, Tamas, Placente (Gustavo. López, m. 46); Borja Oubiña, Iriney (Perera, m. 66); Jonathan Aspas, Canobbio (Jorge Larena, m. 76), Nené; y Baiano. No utilizados: Esteban; Yago, Jonathan Vila y Dani Abalo.

Zaragoza: César; Diogo, Gabriel Milito, Sergio, Juanfran; D'Alessandro (Óscar, m. 83), Zapater, Ponzio, Aimar (Lafita, m. 54); Sergio García (Movilla, m. 17) y Diego Milito. No utilizados: Miguel, Aranzábal, Pique y Longas.

Goles: 0-1. M. 6. Diego Milito. 1-1. M. 53. Baiano.

Árbitro: Rubinos Pérez, sustituido por lesión en el minuto 31 por Granda Barros. Fueron expulsados Zapater por doble amonestación (m. 12) y Gustavo López directamente por protestar (m. 76). Amonestó a Diego Milito, César y Ángel.

Unos 14.000 espectadores en Balaídos.

La expulsión de Zapater, en el minuto 12, puso de relieve los problemas del cuadro aragonés, una máquina de atacar tan acostumbrada a arrollar al rival que no supo adaptarse a competir y replegarse con sólo diez hombres.

Además del duelo de entrenadores con experiencia céltica, sobre la hierba se desató un pulso de lo más animado entre el central Sergio y el actual ariete celeste, Baiano. Compartieron equipo la pasada temporada y el brasileño demostró una capacidad de esfuerzo que superó al resto de su equipo. Jugó en todos los puestos posibles para buscar un balón o para defender, hasta que recibió su premio en forma de un error del portero rival, que rechazó mal un disparo de Canobbio.

Con el empate y la posterior expulsión de Gustavo López en la mitad del segundo tiempo, los dos equipos confiaron en llevarse los tres puntos. Buscaron la victoria sin complejos, algo muy poco habitual.

El diez contra diez echó por la borda la dinámica emprendida por los vigueses, que tuvieron que repartir las ocasiones de gol con el Zaragoza, que pudo haber ganado el partido si llega a tener un par de minutos más de juego.

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