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Entrevista:PATRICIA NAVARRO | Presidenta de NN GG

"Buscamos una revolución andalucista"

Javier Martín-Arroyo

La joven Patricia Navarro (Málaga, 1979) se presenta y dice que es "toda ilusión y ganas". Como presidenta recién elegida de Nuevas Generaciones en Andalucía, representa la punta de lanza de la savia nueva del Partido Popular. Pero su equipo es aún más joven, y cuenta con estudiantes y profesionales procedentes de las ocho provincias con una edad media de 24 años.

Navarro, licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, y empleada de banca, ha sido elegida presidenta en el décimo congreso de las Nuevas Generaciones, que se celebra este fin de semana en el municipio malagueño de Marbella. Apoyada por unos 10.000 afiliados y con Arenas como líder político de referencia, se propone acercar una "revolución andalucista e ideológica desde el centro" hasta los jóvenes. "Mi fórmula y pilar de trabajo es estar todo el día acercando el mensaje por los pueblos y ciudades de la región", cuenta.

"Los jóvenes se sienten muy controlados y dirigidos por la Junta de Andalucía"
"Carecemos de apoyo mediático para poder llegar a miles y miles de andaluces"
"Intentamos estar el máximo tiempo posible en la calle para recabar iniciativas"

Pregunta. ¿Cómo se gesta en Andalucía una "revolución ideológica desde el centro"?

Respuesta. Con muchas ganas. Presentamos un proyecto reformista y tenemos la oportunidad de protagonizar una revolución en Andalucía por la que luchamos a diario. Intentamos estar el máximo tiempo posible en la calle con los jóvenes, recabando ideas e iniciativas de esos chicos que después de 25 años de Gobierno socialista se sienten defraudados. No entienden cómo un gobierno no apuesta por los jóvenes. La revolución está ahí, en los jóvenes.

P. ¿Qué aspectos de la política de la Junta reflejan esa falta de apuesta por los jóvenes?

R. Arrastramos un alto índice de fracaso escolar hace mucho tiempo, y no se termina de atajar. Los precios de la vivienda siguen al alza y dificultan la emancipación de los jóvenes. La Junta incumple por sistema los compromisos de financiación adquiridos con las universidades andaluzas. Vemos cómo los jóvenes andaluces poseen las mayores tasas de desempleo del país..., la dejadez es absoluta.

P. ¿Cuál sería la alternativa idónea para darle un vuelco a esta situación?

R. La Junta de Andalucía debe cumplir el acuerdo de financiación prometido hace cuatro años, porque está aún muy por debajo de su promesa. Tendrán que plantearse las diversas reformas legislativas en la educación Secundaria para establecer planes de estudio que contemplen el fracaso escolar porque es una realidad. Hay que hablar del bilingüismo y de un ordenador por cada dos alumnos, algo que no se está cumpliendo.

P. ¿Qué aspectos de la política de la Junta hacia los jóvenes no comparte?

R. La política intervencionista de la Administración autonómica. Los jóvenes se sienten muy controlados y dirigidos por la Junta. Siempre quieren llevarnos por los cauces de sus propios intereses. La política actual de becas y subvenciones a asociaciones es nefasta. No todo deben ser intercambios culturales e inmigración.

P. ¿Rescataría alguna medida en especial?

R. En 25 años se han hecho muchas cosas, evidentemente, pero en cuanto a los jóvenes no valoro ninguna opción porque los jóvenes no nos merecemos la actual situación.

P. ¿Es el problema de la vivienda el más grave?

R. Presentaremos en breve un plan sobre vivienda porque necesitamos que las instituciones hagan verdaderos planes de viviendas en alquiler con opción a compra. Necesitamos que se innove en fórmulas para que veamos la emancipación como una realidad y no como un sueño inalcanzable.

P. ¿En qué sector del arco político se ubica en su salto a la arena política?

R. Ideológicamente estoy en el centro reformista y provengo del equipo saliente, así que mantendremos todo lo que ha funcionado en Nuevas Generaciones. Buscamos una revolución donde la palabra andalucista deja de ser patrimonio de unos pocos, como hemos demostrado en la reforma del Estatuto de Autonomía. Es una revolución que rechaza la discriminación y que busca valores básicos de la democracia como la solidaridad, el compromiso y la igualdad entre las comunidades autónomas.

P. ¿Qué le parece la petición del Gobierno andaluz al TSJA para que se ejecuten siete sentencias que conllevarían el derribo de 334 viviendas en Marbella?

R. Evidentemente, pienso que, por ineficacia de ciertas políticas y dejación de determinados aspectos, el pato no debe ser pagado por los ciudadanos. Siempre que se me inquiera sobre algún tema donde haya ciudadanos afectados, estaré al lado de las personas.

P. ¿Respiró aliviada cuando el PP apoyó la reforma del Estatuto andaluz?

R. Desde luego. Lo vivimos con mucho entusiasmo porque representaba la oportunidad de arrebatar esa idea enquistada en la cabeza de muchos andaluces de que el Partido Popular no lucha por Andalucía y no quiere lo mejor para la región. La contribución al Estatuto intentando que el término "realidad nacional" quede como una mera referencia histórica, con la Constitución como marco general, ha sido un éxito.

P. ¿De dónde proviene esa idea enquistada de que el PP no lucha suficientemente por Andalucía?

R. Creo que está ahí porque nunca nos han dado la oportunidad de decir lo contrario, porque nunca hemos gobernado. Está enquistada desde hace 25 años porque el Partido Socialista acapara todos los medios y absolutamente todos los canales de comunicación en nuestra comunidad autónoma. No sólo no hemos podido demostrar nuestra gestión eficaz y transparente, sino que, además, no se nos da la oportunidad de decir que somos capaces de hacerlo con nuestro mensaje.

P. ¿Cómo ve la próxima ley antibotellón?

R. Mantenemos una postura muy contraria a la ley. En primer lugar, porque no se contó con los jóvenes y muchos sectores afectados por la problemática. La Junta hizo un amago de contar con nosotros a través del Consejo de la Juventud, para que hiciéramos propuestas mediante enmiendas. No sólo no salió ninguna, sino que se nos prometió una memoria que explicara la ley, y aún no la tenemos. La intención de la ley es represora y contra el joven. Pensamos que hay otras alternativas en lugar de sancionar y, en último caso, las faltas más graves deberían enfocarse hacia medidas sociales con vistas a la ciudadanía. Además, la ley no contempla medidas alternativas ni medidas preventivas contra el botellón.

P. ¿Cuál es la principal carencia de su partido para lograr darle un vuelco al mapa político andaluz?

R. Nuestro mensaje no llega suficientemente. Carecemos de oportunidades para llegar a miles y miles de andaluces por falta de televisión y medios de comunicación que nos apoyen. La principal causa es la falta de apoyo mediático; por eso, Arenas se ha recorrido 280 pueblos en sólo dos años, y ésa es la fórmula de trabajo que quiero imponer, estar todo el día en la carretera.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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