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Entrevista:RICKY MARTÍN | Cantante

"El calorcito está en mi ADN"

Pregunta. Su nuevo disco se llama Unplugged, desconectado. ¿De qué ha desconectado?

Respuesta. Desconectado es porque no utilizamos para nada la tecnología musical. En otro sentido, he desconectado de diferentes obsesiones, como ser el mejor o vender muchos discos.

P. Ha dado vacaciones al ego.

R. Bueno, lo intento, porque siempre viene y va. Lo único que yo quiero es simplificar la vida, saber aprovechar las cosas, como una buena conversación. Para mí antes lo importante era estar en todas las revistas.

P. ¿Se acabó el "por arriba, por abajo, calentitos, bien pegados"?

R. ¿Por qué se va a acabar eso? Si en realidad lo que yo quiero con mi música es romper fronteras. Enfocarme hacia las similitudes, más que hacia las diferencias culturales.

P. Y sigue siendo partidario del calorcito.

R. El calorcito está en mi ADN. Yo no puedo evitarlo.

P. ¿Qué ha pretendido, sofisticarse?

R. Lo que he pretendido es reinventarme; seguir buscado cosas.

P. "El contacto con el público es lo que me enciende". ¿Qué más le enciende?

R. Una buena plática con un amigo, un buen cine, una hamaca frente al mar; o cuando literalmente ves el nacimiento de una canción.

P. La organización de los Grammy Latinos le nombra personalidad del año. ¿Por encima de Bush, del Papa o incluso de Rajoy?

R. Pregunté si era por trayectoria, porque espero estar todavía escribiendo mis capítulos. Cuando me dijeron que era por el trabajo humanitario ya entré, OK, esto sí me gusta.

P. Digamos que se siente un poco Teresa de Calcuta.

R. Nunca lo he pretendido. Yo no sé por qué lo hacía ella, Pero yo, con la información que tengo de lo que sucede en el mundo, si no hiciera nada sería un criminal más, un cómplice. La trata de seres humanos es crimen organizado.

P. ¿Usted, siempre Living la vida loca?

R. En la época de Living la vida loca yo estaba viviendo la vida loca: la necesidad de estar en todos lados, de ser aceptado por todo el mundo. Estaba muy vacío. Me hacía falta un poco de descanso.

P. ¿Y ese punto que le ha dado de hacer capoeira en el escenario? ¿Ya no sabe qué inventar?

R. ¡Ay, pero por qué tanta limitación, mi amor! Me encanta la capoeira. Aparte del arte marcial, entrenas la gimnasia, el boxeo, la música.

P. Aboga por la "unión de culturas". No habrá inspirado usted a Zapatero en lo de la alianza de civilizaciones.

R. Ja, ja, ja. ¡Guau! Eso solamente él lo sabe.

P. ¿Le sigue gustando grabarse en vídeo mientras hace el amor?

R. Si alguna vez cometí el error de hablar del tema, no lo quiero volver a hacer.

P. ¿A qué tiene miedo?

R. Al cinismo.

P. ¿Cómo se desahoga?

R. Con la música y, aunque suene contradictorio, que no lo es para mí, en el silencio.

P. Embajador de la ONU para la infancia. ¿Qué opina de Michael Jackson?

R. Hasta el día de hoy nadie sabe la verdad de su caso, o de sus casos. Lo único que exijo es que se haga justicia.

P. Como puertorriqueño, ¿se ha sentido alguna vez norteamericano?

R. Los Estados Unidos están ahí, no lo podemos evitar. Por eso nos aferramos muchísimo a nuestra cultura, a nuestro idioma, a nuestra bandera. Yo estoy bien orgulloso de lo que soy: latino ciento por ciento.

P. Una vez se dijo impulsor del spanglish. ¿También en esto está por la fusión?

R. Bueno [ríe]. ¿Qué hay que hacer para comunicar? Un día de estos podemos inventar hasta el chinol, del chino y el español.

P. ¿Qué tiene de niño?

R. Es que no sé si lo tengo. Todo el mundo me lo dice, y cuando me conviene lo utilizo más todavía. Cuando quiero salirme con la mía.

P. ¿Qué pergeña para pasado mañana?

R. Es la pregunta más difícil de contestar. Si de algo he tratado de desconectarme es de lidiar con esas dos eternidades que nos vuelven locos, que son el mañana y el ayer. ¿Dentro de diez años? Espero darle la vuelta al mundo en un velero. Me encantaría.

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