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Investidura del presidente de la Generalitat

Piqué ofrece consenso para desarrollar el Estatuto

Miquel Noguer

En un intento de abandonar su aislamiento parlamentario y a la vista de que el desarrollo del Estatuto será una de las grandes carpetas de la legislatura que comienza, el presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, ofreció "consenso" a José Montilla para desarrollar la carta autonómica. Consenso con condiciones. Tras lamentar que los grupos del tripartito no demostraran "nunca buscar el acuerdo" durante la negociación estatutaria, Piqué se mostró esperanzado de que las actitudes puedan cambiar bajo el mandato de Montilla, a quien, por cierto, deseó "suerte" como presidente.

Este deseo fue una muestra del fair play que pareció instalarse en la Cámara, con la intervención de Artur Mas, y la de Josep Piqué, más tarde. Pero la oferta de pacto para desarrollar el Estatuto, así como la política lingüística del Gobierno, también fueron objeto de un vivo debate entre el líder del PP y Montilla. Sobre todo cuando la principal condición que puso Piqué fue esperar a que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre los numerosos recursos que acumula la carta autonómica. La respuesta de Montilla fue implacable y dejó claro que no tiene voluntad alguna de esperar al veredicto del Constituticional antes de comenzar la tarea. "El Estatuto se desarrollará en las fases previstas", sentenció. Con todo, dijo contar con él para discutir la aplicación del Estatuto "siempre y cuando esto no implique no hacerlo". Esto vino seguido de un reproche: "Su partido ha recurrido aspectos del Estatuto catalán por anticonstitucionales que constan en otros estatutos apoyados por el PP". La acusación quedó sin respuesta. Piqué se limitó a responder: "si el partido socialista de Cataluña hubiera tenido la misma voluntad de consenso que el de otras comunidades habríamos logrado un Estatuto como el de otras comunidades y habría contado con el apoyo del PP".

Pero el Estatuto no impidió que Piqué se entregara a fondo en otro cuerpo a cuerpo con el líder socialista: el de la política lingüística. Bajo la atenta mirada de los tres diputados de Ciutadans que han situado el supuesto conflicto lingüístico de Cataluña en el epicentro de sus reivindicaciones, Piqué trató de arrancar a Montilla si el acceso de un castellanohablante a la presidencia de la Generalitat cambiará algo en el panorama lingüístico catalán. Así, después de recordarle que "usted y yo a menudo acabamos hablando en castellano", Piqué le preguntó si la Generalitat aplicará a rajatabla la ley de Política Lingüística que prevé, entre otros supuestos, sanciones a los comercios que no incluyan el catalán entre las lenguas de sus rótulos. Montilla evadió la pregunta pero aprovechó el órdago para exponer a Piqué su concepción sobre la realidad lingüística catalana. De entrada, aseguró que en Cataluña es el catalán y no el castellano "la lengua que se encuentra en situación de riesgo". Y para demostrárselo le invitó a "pasearse por cualquier librería". Dicho esto, explicó que el bilingüismo de la sociedad catalana se vive en su propia casa: "Hablo en castellano con mi mujer y en catalán con mis hijos", dijo antes de insistir en que "la lengua no tiene por qué dividir a los catalanes". "No lo ha hecho nunca", remachó. Sólo admitió algunos "problemas" entre "funcionarios que se encuentran de paso en Cataluña" unos problemas, que aseguró, no existen entre las personas con "voluntad de permanencia" en Cataluña. Así pues, y avanzándose a lo que más tarde le espetó el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, Montilla hizo una petición muy explícita: "No inventen problemas donde no existen".

Piqué aceptó que no juzgará la actuación de Montilla de forma precipitada, aunque dejó muy claro que, a sus ojos, el Gobierno de Montilla no es nada más que la "segunda parte de un fracaso". "Veo que se disponen a cometer los mismos errores que el primer tripartito" aventuró un Piqué que incidió en las contradicciones programáticas de las tres formaciones que apoyan a Montilla.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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