Se levantó al amanecer
Se levantó al amanecer. Santiguó a los niños.
Y los niños tuvieron un sueño alegre.
Se prosternó, inclinando por última vez
La cabeza hasta el suelo.
Kolia se despertó. Respiraba contento.
Desvelado de nuevo por el sueño azul.
Sonó un ruido de cristal: la puerta
De abajo se había cerrado de golpe.
Pasaron las horas. Llegó un hombre:
Una insignia de estaño en su cálido gorro.
Llamó a la puerta y esperó.
Nadie abrió. Estaban jugando al escondite.
Era la alegre noche de Reyes.
Escondieron la pañoleta roja de mamá.
Con ella salía cada mañana.
Hoy la había dejado en casa.
Los niños la escondieron en un rincón.
Se hizo de noche. Las sombras de los niños
Se movían en la pared a la luz de una farola.
Alguien subió la escalera, contando los escalones.
Los contó y rompió a llorar. Llamó a la puerta.
Los niños lo oyeron y abrieron la puerta.
La vecina gorda les llevaba sopa.
Dijo: "¡Comed!". Se prosternó,
Inclinó la cabeza, como mamá, y les santiguó.
Mamá no está enferma, niños rosados.
Mamá se tiró a las vía del tren.
Buena persona, vecina gorda,
Gracias, gracias. Mamá no pudo...
Mamá está bien. Mamá está muerta.
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