Las tropas en Líbano extreman las medidas de seguridad y restringen los desplazamientos

Los 1.100 soldados españoles desplegados en Líbano han extremado las medidas de seguridad tras el asesinato del ministro de Industria y líder antisirio, Pierre Gemayel. Una de las primeras medidas ha consistido en suspender todos los desplazamientos no imprescindibles a Beirut, ya que en estos momentos se considera más peligrosa la capital que el sur del país, donde operan los cascos azules. El CNI advirtió el pasado fin de semana del riesgo de represalias por parte de Hezbolá tras el hallazgo de un arsenal por las tropas españolas, pero los propios líderes chiíes le han restado importancia.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, expresó ayer en nombre del Gobierno español la condena más rotunda por el asesinato de Gemayel y el pleno respaldo al Ejecutivo libanés, controlado por una coalición antisiria. Al contrario que otros países, que han apuntado a la responsabilidad de Damasco, Alonso evitó especular con la autoría del crimen, pero admitió que éste supone "un fuerte elemento de inestabilidad" en la ya frágil situación del país y obligará a las tropas españolas a "extremar aún más la precaución y la prudencia en el desarrollo de sus actividades".

Según las fuentes consultadas, la situación es de normalidad en la zona de operaciones del batallón de la Legión, pero se han reforzado las medidas de seguridad en los desplazamientos y se han suspendido todos los viajes no imprescindibles a Beirut, escenario de varios atentados menores en las últimas semanas y del asesinato de Gemayel el martes. La suspensión de las visitas a la capital se decidió tras la conversación que el general de la brigada multinacional liderada por España, Juan Bautista García Sánchez, mantuvo anteayer con el jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), el francés Alain Pellegrini.

Italia, que tiene más de 2.000 soldados en Líbano, suspendió ayer la llegada a Beirut de un vuelo con 130 militares, que debía relevar a otros tantos compañeros.

Las fuerzas españolas ya elevaron su nivel de alerta el pasado fin de semana, tras recibir un aviso del CNI sobre el riesgo de represalias por el hallazgo de un arsenal de la milicia chií. Una patrulla española descubrió el viernes, cerca del río Litani, que sirve de límite a la zona desmilitarizada, un depósito con más de 325 granadas de distintos calibres, 125 cohetes y 250 proyectiles, entre otro material, del que se hizo cargo el Ejército libanés.

Sin embargo, el mal estado de las armas y municiones evidencia que habían sido abandonadas y su valor bélico era muy escaso, aunque constituía un riesgo notable para la población. Así lo han reconocido portavoces de Hezbolá, tranquilizando a los mandos militares españoles.

Al norte del río Litani, fuera ya de la zona de operaciones de los casos azules, se descubrieron también lanzadores de cohetes Katiusha, utilizados por Hezbolá para atacar a Israel en el reciente conflicto, que han sido también retirados por el Ejército libanés.

Refuerzo de helicópteros

En los pasillos del Senado, el ministro de Defensa confirmó que se propone reforzar el contingente español con dos helicópteros, preparados para evacuaciones médicas. Alonso subrayó que esta medida estaba prevista antes del asesinato de Gemayel y que, mientras llegan los aparatos con sus dotaciones (en total, unos 50 militares, entre tripulantes y mecánicos), la evacuación de posibles bajas está garantizada.

Fuentes militares indicaron que las tropas españolas (así como las indias, indonesias y nepalíes que integran la brigada multinacional este) dependen del destacamento de helicópteros italianos de la ONU. Sin embargo, el rápido incremento del número de cascos azules (unos 9.000 actualmente) los hace insuficientes. Debido al pésimo estado de las carreteras, el traslado desde la base española al hospital de campaña más cercano dura casi una hora, y el doble hasta Sidón, donde hay un completo centro hospitalario.

Actualmente, las tropas españolas sólo tienen un hospital tipo Role 1 (con medicos generalistas), pero está previsto instalar el año próximo en su campamento un Role 2 (con algunos médicos especialistas) aportado por China.

La Unidad de Apoyo al Despliegue (UAD) sigue trabajando en la construcción de la base Miguel de Cervantes, en Blat. La mayoría de los militares duermen en tiendas colectivas, en lugar de las individuales que utilizó la Infantería de Marina, aunque aún no hay bastantes. También se están instalando los contenedores que sirven para albergar oficinas, duchas, aseos, etc. Lo lógico, dado que la presencia de las tropas tiene visos de prolongarse muchos años, sería albergar también los dormitorios en contenedores, pero por ahora parecen pesar razones de ahorro, pues el coste superaría los tres millones de euros.