Un equipo invencible, o casi
El conjunto de Houllier ha sido derrotado una vez en los últimos 21 partidos
No hay quien pare al Lyon. Ni en Francia ni en Europa. Es un equipo invencible. O eso dicen las estadísticas: en mayo de 2006, ya con su quinto título de Liga consecutivo en el bolsillo, el equipo entrenado por Gerard Houllier perdió ante el Lille (4-0). Nadie se alteró en Gerland. Si acaso, la goleada espoleó la conciencia del equipo. Lo sufrió el Le Mans (8-1). Y, desde entonces, 17 equipos: el Lyon acumula en sus últimos 21 partidos, incluyendo el ganado ante el Le Mans, 18 victorias, dos empates y una derrota. Son los números de un equipo casi invencible. La buena marcha del Lyon, sin embargo, no gusta a todo el mundo en Francia. Se habla de un club orgulloso. Incapaz de aceptar la derrota.
"Vi el partido y no tengo la impresión de que la victoria del Rennes sea el resultado de un complot urdido entre la Liga de fútbol y la prensa", dijo Frédéric Thiriez, presidente de la Liga francesa, cuando el equipo de Houllier vio rota su racha de nueve victorias consecutivas por la mínima, tras un gol del camerunés M'Bia. "Un gran campeón debe ser modesto en la victoria y no sentir rencor en la derrota", cerró. A las críticas se ha unido en varias ocasiones Pape Diouf, el polémico presidente del Marsella: "Llevan cinco años ganando en Francia, con pretensiones europeas más que justificadas, pero tienen problemas para afirmarse en cuanto a popularidad. En definitiva, ese club tiene mucho menos carisma que el mío".
La reacción del Lyon tras la derrota había sido dura. Jean-Michel Aulas, su presidente, arremetió contra la prensa: "¡Hagan su trabajo correctamente! ¡Sean más éticos!", dijo. Luego, alguien le contó que Sylvain Marveaux, del Rennes, se había felicitado de que "la tendencia de los árbitros a ser indulgentes con el Lyon" no se hubiera sentido en el partido. Y Aulas le contestó, fulminante: "¿Quién es ese Marveaux? No tiene experiencia. Debería controlar sus nervios. Su declaración es tendenciosa y viciosa". Al Lyon, es evidente, le costó asumir la derrota: "Nos deja un sabor amargo porque no merecimos perder", dijo Houllier.
El Lyon, un equipo trampolín, quiere construirse un nuevo estadio para cimentar el crecimiento del club, con un presupuesto de casi 120 millones de euros. El resto, todo lo que ocurre sobre el césped, queda en manos de gente con resabios de viejo futbolista. Houllier dirige el equipo con mano de hierro. Y Sony Anderson, ex delantero de Lyon, Barça y Villarreal, entre otros, enseña los trucos que le convirtieron en el pistolero a los puntas de la cantera. Con esos mimbres, el Lyon quiere consolidarse como grande de Europa. Lleva años amagando en la Champions. Y nadie, ni siquiera Pierre Dréossi, el técnico del Rennes, está seguro de cómo ganarles: "No hay recetas. Han ganado partidos antes de esta derrota. Y puedo asegurar una cosa: ganarán una cantidad enorme después de ella".
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