Todos los partidos reclaman a Mas que acepte de una vez que no dispone de mayoría para gobernar

La ronda de consultas celebrada ayer por el presidente del Parlament, Ernest Benach, con los líderes de los seis grupos parlamentarios para proponer un candidato a la presidencia de la Generalitat terminó como estaba anunciado: se comprobó que el candidato socialista, José Montilla, es el único que dispone de suficiente apoyo parlamentario. La ronda permitió comprobar también, sin embargo, que el líder de CiU, Artur Mas, no acaba de aceptar esta realidad. Tras entrevistarse con Benach, Mas calificó el encuentro como "pura comedia" para designar un candidato que no tendrá "autoridad política y moral" y provocó que los demás líderes le exigieran que acepte la realidad y deje de cuestionar la elección de Montilla.

ªEl debate para la investidura del sucesor de Pasqual Maragall en la presidencia de la Generalitat comenzará el jueves con el discurso en el que el candidato, Montilla, expondrá y defenderá su programa. El debate durará hasta la tarde del viernes.

El programa será el que desde hace una semana están negociando los tres partidos que formarán la mayoría parlamentaria de 70 escaños que apoyará a Montilla y a su gobierno: el PSC-Ciutadans pel Canvi, ERC e ICV-EUiA). El presidente de ICV, Joan Saura, explicó que ayer seguía pendiente del cierre de "tres o cuatro temas" y de un último repaso general. El programa será presentado mañana.

Pero lo que ayer se puso nuevamente sobre la mesa fue la existencia de una mala digestión de los resultados electorales por parte del líder de CiU, Artur Mas. La entrevista de Mas con Benach duró sólo cuatro minutos porque, según él mismo explicó a la salida, tenía "pocas cosas que hablar" con el presidente del Parlament. Argumentó que la ronda de consultas "casi sobra" y responde "a la comedia en que estamos instalados desde las elecciones".

Mas lamentó que a CiU "no se le da ni la oportunidad de hacer gobierno" porque PSC, ERC e ICV-EUiA han decidido "hacer presidente al gran perdedor de las elecciones". Afirmó también que a Montilla "le falta autoridad política y moral para gobernar Cataluña" porque el electorado "demostró el 1-N que no confía en él".

Esta actitud de Mas, que coincide con la de su partido, Convergència, se está convirtiendo, además, en un elemento de confrontación con sus socios de Unió. El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, reiteró ayer lo que ya lleva unos días proclamando: "Hemos de pasar página" y asumir que "de vez en cuando toca estar en la oposición". Para consolarse, Duran apuntó que quizá dentro de dos años se rompa de nuevo el tripartito de izquierdas y sea posible formar un gobierno de PSC y CiU.

Montilla no fue el único que replicó a Mas. Tras sus 25 minutos de entrevista con Benach, en la que le comunicó que dispone del apoyo parlamentario necesario para someterse al debate de investidura, tomó pie en el lema electoral de CiU Estimar Catalunya, gobernar bé para afirmar que "amar a Cataluña implica respetar sus instituciones y su sistema político". Agregó que no es el momento de replantear el sistema, sino el de dirigir "un mensaje de confianza en el país, sus instituciones y su gente".

También el líder del PP, Josep Piqué, criticó a Mas. Recordó que cuando Jordi Pujol ganaba por mayoría absoluta la ronda de consultas del presidente del Parlament con los jefes de los grupos paramentarios "se hacía igualmente". Aunque el PP votará contra la investidura de Montilla, Piqué señaló que es "inadecuado" descalificarle de entrada, antes de que pueda demostrar si tiene o no autoridad política y moral para gobernar.

Los presidentes de ERC e ICV fueron contundentes. El republicano Carod advirtió a CiU de que se está cerrando de nuevo la posibilidad de tener aliados, a seis meses de las elecciones municipales. Y Saura pidió a Mas que "acepte que no ha ganado y deje de intentar deslegitimar la investidura" del nuevo presidente de la Generalitat.