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Reportaje:

Imagine que Ávila ha desaparecido

Víctimas del tráfico denuncian una 'epidemia' con 58.000 muertos desde 1996

Elsa Granda

Fue una conmemoración agridulce la que se vivió ayer en una decena de ciudades españolas. Se recordaba a las víctimas de los accidentes de tráfico; pero también fue un día en el que se habló mucho de medidas para atajar esta plaga y se hizo balance de la mortalidad en las carreteras españolas, con una cifra esperanzadora: en lo que va de año han muerto 276 personas menos que en 2005.

Cientos de cruces blancas de papel pegadas en una verja tan fría como las cifras de fallecidos en accidente de tráfico de cada fin de semana. Todas cargadas con mensajes que echan un pulso a la conciencia y recuerdan a alguien que ya no está; fotos, globos blancos que se pierden en el cielo y una petición: que los accidentes de tráfico no queden impunes y que la sangría que supone la siniestralidad en las carreteras se detenga. Ocurría en el Parque del Retiro de Madrid, y a la misma hora, a mediodía, se repetía en Valladolid, Zaragoza, Valencia, La Rioja, Almería, Sevilla, A Coruña y Bilbao. Se conmemoraba el día mundial en recuerdo de las víctimas de la violencia vial.

El 84% de los españoles es incapaz de imaginar el coste de vidas humanas de la carretera

El impulso a las medidas encaminadas a terminar con una plaga que la Organización Mundial de la Salud ha calificado como "la epidemia oculta" no es caprichosa, y en España comienzan a dar sus frutos. La carretera ha segado la vida en lo que va de año de 2.683 personas. Y eso que éste promete ser el mejor año de la historia, con 225 fallecidos menos desde que se implantó el carné por puntos en julio. Pocas causas atosigan a la sociedad con un goteo de fallecidos y heridos de semejante envergadura, que convierte a la siniestralidad vial en una de las ocho primeras causas de muerte en España. La preocupación aumenta, y por eso la UE se marcó como objetivo reducir estas cifras al 50% antes de 2010; y España se ha autoimpuesto la meta de rebajar la tragedia hasta un 40% antes de 2009.

El director de Tráfico, Pere Navarro, quiso dejar claro ayer que las muertes en carretera "son evitables"; Ana María Campo, presidenta de Stop Accidentes, reclamó "una mayor atención institucional a las víctimas, como la que reciben las de la violencia de género o del terrorismo"; y el subsecretario de Interior, Justo Zambrano, fue mucho más directo: "Si por otro motivo murieran 12 personas diarias, como ocurre en carretera, sería una revolución y la sociedad debería reaccionar con tolerancia cero".

En la última década, la siniestralidad en carretera se llevó por delante 58.000 vidas y causó heridas a un millón y medio de españoles. Para hacerse una idea de lo que representa, basta imaginar una ciudad del tamaño de Ávila, desierta; y otra, como Barcelona, en la que todos sus habitantes tuvieran algún tipo de discapacidad o herida por algún encontronazo en la carretera. Frente a esto existe un dato alarmante: según una encuesta del CIS, el 84% de los españoles es incapaz de imaginar el coste en vidas humanas del tráfico.

En un domingo radiante, un puñado de personas llora en el Retiro. Una mujer y sus dos hijas se secan las lágrimas frente a la fotografía de una joven con expresión alegre. Tía y primas de Helena Zapata, que murió a los 20 años "por el alcohol que otro se bebió". No hay consuelo, aunque ha pasado ya un año y medio. "Por lo menos que su muerte sirva para que la gente se conciencie". Dos mujeres pasan despacio frente a las cruces blancas sobre la fría verja. Leen los mensajes: "José, Cristina, David y Miriam, 27, 26, 23 y 21 años. El culpable se saltó la mediana. Exceso de velocidad", "Por el hijo que no llegué a conocer (embarazada de Alcoy)". Se dan la vuelta y mascullan: "Y luego ves lo del Farruquito".

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