El cambio de las pistas del aeropuerto de Barcelona retrasa 10 minutos los despegues
Iberia trata de agilizar las operaciones para mantener la puntualidad del puente aéreo
El cambio del uso de las pistas del aeropuerto de Barcelona hace casi un mes para tratar de aminorar el ruido que sufren los vecinos retrasa entre 10 y 15 minutos los despegues. Los aviones tienen que dar un largo rodeo para llegar a la pista que ahora se utilizar para despegar, la más cercana al mar, donde antes se aterrizaba, así que el pasajero que sale de Barcelona permanece en el avión una media de ocho minutos más que antes, según Iberia. Como contrapartida, arguyen AENA y las compañías, los viajeros ahorran unos cinco minutos en la llegada.
La solución que ha buscado AENA (el ente público que gestiona los aeropuertos) a las reiteradas denuncias por ruidos de los vecinos de las localidades próximas al aeropuerto de El Prat consiste en dejar la pista más cercana a la zona habitada para aterrizajes. Los despegues (que generan más ruido por llevar los motores a toda potencia) se cambian a la pista más cercana al mar.
Pero eso implica un gran rodeo, ya que por motivos de seguridad sólo se cruzan las pistas de aterrizaje en casos contados y no como rutina. Las usadas para despegar, en cambio, pueden cruzarse con seguridad, ya que los aviones con los que se interfiere están aún parados.
Así, desde el pasado 26 de octubre, todos los aparatos que salen de El Prat tardan entre 10 y 15 minutos más en recorrer la distancia entre la terminal y la cabecera de pista para despegar, según fuentes de la torre de control de Barcelona. Iberia reconoce que la "media" son ocho minutos más. "Es malo que se aumenten los tiempos de rodaje, eso te obliga a ser más ágil" en la preparación del avión (taxi time) entre la llegada y la salida, comenta una portavoz de la compañía.
Sobre todo en el puente aéreo entre la capital catalana y Madrid. "Sumando los 15 minutos de más que necesita cada despegue puede perder un salto o salto y medio al final del día", comenta un controlador de Barcelona. Un piloto subraya además el gasto extra de combustible que supone el paseo por el aeropuerto antes de despegar.
La suma de minutos al viaje jugará en contra del transporte aéreo frente al ferroviario cuando el AVE llegue a Barcelona (a finales de 2007) y el trayecto entre el centro de ambas capitales ocupe dos horas y media.
Fuentes de AENA reducen ese tiempo adicional para el despegue en El Prat a entre cinco y siete minutos y explican que se ha agilizado la autorización de puesta en marcha de motores, retirada de calzos y la secuencia de espera en cabecera de pista para minimizar el impacto y evitar que se pierdan los permisos de vuelo (slots).
Entre los más impuntuales
"Ha sido un éxito y hemos mantenido la puntualidad", añaden las mismas fuentes, "e incluso se está mejorando". Falta hace, ya que Barcelona (y Madrid) figura entre los cinco aeropuertos más impuntuales de Europa, según la Asociación Europea de Aerolíneas. "Eso es márketing", contestan en la torre de control, y explican que no siempre se consigue acortar la cola de aviones para despegar. Añaden que con los cambios "se alcanzará antes el límite de saturación" del aeropuerto de Barcelona y puntualizan que las compañías toman como hora de salida del avión para evaluar la puntualidad el momento de abandono de la terminal y no el despegue.
En todo caso, AENA dice que se gana tiempo en la llegada a la terminal desde el aterrizaje, algo que "desde el punto de vista de la psicología del pasajero" es muy importante. Vueling incide en la misma idea.
¿Y se ha logrado el objetivo de molestar menos a los vecinos? Hay división de opiniones: el impacto acústico se ha reducido en Gavà de Mar, pero en Castelldefels sostienen que el cambio de las pistas "no ha servido de nada", según la plataforma contra el ruido.
Los controladores explican que en las últimas semanas no se ha operado muchos días con la configuración normal del aeropuerto (en función del viento) y que notarán la mejoría en el futuro.
Mientras se espera la demostración, el presidente de AENA, Manuel Azuaga, deberá declarar el 20 de diciembre como imputado junto con otros dos altos cargos del Gobierno por un delito contra el medio ambiente en un juzgado de El Prat.
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