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AENA prima a Barajas frente a Barcelona con el 58% de la inversión, pese a que sólo tiene el 22% del pasaje

Cataluña, Canarias, Andalucía, Galicia, Baleares y la Comunidad Valenciana son los grandes perjudicados por el centralismo del sistema aeroporturario español. La gran beneficiada es, sobre todo, Madrid. La relación entre inversión y pasaje muestra a las claras la desproporción entre ambas cifras: el pasaje de Barajas es el 22% del que tiene el conjunto de España, pero las inversiones que AENA ha destinado a Madrid son el 54,32% del total, si se toma el periodo que va de 1985 a 2004, pero ascienden al 57,8% si se considera sólo los años que van de 1992 a 2004. Barcelona recibe, en ambos casos, algo más del 14% sin llegar al 15%, prácticamente el mismo porcentaje que tiene de pasajeros.

Apoyos políticos

El argumento utilizado por diversas administraciones para justificar la política centralizada en la gestión de los aeropuertos es que con ello se contribuye al reequilibrio territorial. No obstante, un estudio elaborado por Germà Bel y Xavier Fageda, profesores en la Universidad de Barcelona, señala que los aeropuertos situados en las regiones con menor índice de desarrollo (Extremadura, Andalucía, Galicia, Murcia y Asturias) han recibido "una cuota de inversiones menor que su cuota de tráfico". "La redistribución progresiva entre las regiones españolas no es un elemento relevante en las decisiones de inversión del Gobierno central", afirman ambos profesores. En su opinión, influyen más los "factores políticos" como "el apoyo electoral en cada región del partido político que gobierna en la Administración central o la correspondencia entre el partido que gobierna y el que lo hace en la Administración autonómica".

AENA, bajo todas las administraciones habidas, se ha dedicado a promover "la concentración del tráfico en el aeropuerto de Madrid, en especial el que se refiere a tráfico de larga distancia". Esta política ha perjudicado gravemente a Valencia y, sobre todo, a Barcelona.

Bel y Fageda explican que el tráfico intercontinental tiene un considerable valor añadido ya que es un factor de decisión a la hora de localizar empresas "intensivas en conocimiento, como las sedes empresariales, los servicios avanzados o la industria de alta tecnología".

En su opinión, la única forma de lograr que Barcelona pueda competir con Madrid sería desmembrar AENA y promover una gestión descentralizada e individualizada del aeropuerto de El Prat, lo que supondría mejorar la competencia entre los aeropuertos españoles y favorecer la transparencia financiera.

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