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Un congreso extraordinario decidirá si EA se presenta sola o en coalición

La ejecutiva acepta la petición de los críticos avalada por 1.603 firmas

Una veintena de afiliados de Eusko Alkartasuna (EA) de las tres provincias vascas y de Navarra partidarios de acudir en coalición con el PNV en las elecciones municipales y forales de 2007 formalizaron ayer la demanda de un congreso extraordinario para debatir sobre esta cuestión presentando 1.603 firmas en la sede del partido en Vitoria. El secretario de Organización de EA, Rafael Larreina, confirmó horas después que el cónclave se convocará en un plazo de entre uno y dos meses una vez se comprueben las firmas.

El sector crítico de EA partidario de la coalición solicitó ayer la celebración del congreso extraordinario con el aval de 1.603 firmas, número que consideran suficiente si se tiene en cuenta que, según los estatutos, debe representar el 25% de la afiliación. La demanda no constituye una sorpresa y fue inmediatamente respondida por el sector oficial. Larreina difundió un comunicado en el que señala que el congreso se convocará "una vez acreditada la validez de las firmas y comprobado que reúnen los requisitos establecidos por los estatutos del partido vigentes".

En medio de la cuenta atrás para unas elecciones claves como las de 2007, con la previsible concurrencia de Batasuna, EA se embarca en un proceso de debate sobre sus alianzas decisivo para su futuro. El ajustado resultado de la votación de la ejecutiva, que decidió a finales de agosto concurrir en solitario a los comicios por diez votos a nueve, parece haber alentado al sector crítico a no darse por vencido y puede agravar la tensión entre las dos partes.

Larreina defendió ayer la validez de esta ajustada votación, a la vez que reconoció que el congreso solicitado por los críticos es una "iniciativa legítima", un "ejercicio de democracia interna". Sin embargo, añadió que "de ninguna manera resta legitimidad a la decisión tomada por la ejecutiva nacional". Las cartas están ya echadas y el partido que preside Begoña Errazti inicia un duelo sobre su futuro.

Ayer ya se percibían sutiles diferencias sobre la forma de afrontar el complicado proceso interno que se avecina. Los críticos esperan que no se ponga pegas al número de firmas que han presentado -lo consideran holgado-, teniendo en cuenta que la dirección no les ha precisado el número que necesitaban, pese a haberlo requerido, según aseguran, desde hace un mes.

Diferencias por los plazos

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La acreditación de la validez y la verificación de las firmas, que corresponde a la comisión de garantías, constituye el siguiente paso en el que pueden saltar tensiones. Fuentes del sector crítico adelantaban ayer, previendo dificultades en este punto, que el pago de las cuotas no debe ser motivo para invalidar los derechos activos de la afiliación. Y criticaban que no han conseguido, pese a haberla solicitado, la lista de los afiliados que tienen sus derechos suspendidos.

En los plazos de convocatoria del cónclave también se perciben sutiles diferencias de apreciación. Larreina afirmó que la asamblea nacional convocará al cita en un plazo de entre uno y dos meses, una vez acreditada la validez de las firmas. Sin embargo, fuentes del sector crítico invocan el artículo 28.4.d de los estatutos para precisar que el plazo de entre 30 y 60 días para celebrar el congreso comenzó a contar desde ayer mismo tras la presentación de las firmas.

Esta discrepancia no es baladí cuando los plazos son tan ajustados, dada la cercanía de las elecciones, y puede ser uno de los principales puntos de fricción. La prisa de los críticos por cerrar la coalición con un más que paciente PNV choca frontalmente con quienes ya están preparando las candidaturas y los programas y podrían argumentar el grave riesgo de penalización electoral que corre el partido al precipitar las cosas.

La celebración de un congreso ordinario o extraordinario es además un procedimiento complejo que comienza por la elección de los nuevos compromisarios en cada organización local. Los apoderados de la asamblea nacional, máximo órgano entre congresos, no tienen representación en éstos, a cuyos integrantes los designan las agrupaciones locales.

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