Otegi se apoya en una carta de De Juana para pedir a los presos que "estén" en el proceso

El líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, lanzó ayer ante varios miles de personas que salieron a la calle en Bilbao a favor de la autodeterminación un mensaje de calma a sus bases en el que recalcó que la izquierda abertzale "no suscribirá ni ahora ni nunca un acuerdo que no contenga los mínimos para garantizar un marco democrático y la solución del conflicto". Otegi reiteró que los mimbres de ese pacto están en el derecho a decidir, es decir, la autodeterminación y la territorialidad. Al Gobierno y al PSOE les envió otro mensaje: que cesen los "ataques" a la izquierda abertzale y sean valientes y se sienten públicamente con Batasuna para abrir el diálogo político. Otegi leyó una carta del preso Iñaki de Juana y le pidió a él y al resto de reclusos de ETA que sigan en el proceso, porque sin ellos "no se puede construir un futuro diferente".

El PSE responsabiliza directamente a Otegi de la violencia y le exige que la desactive

La manifestación no fue de las más multitudinarias de la izquierda independentista, pero la dirección de Batasuna aprovechó la presencia de menos de 10.000 personas para enviar un mensaje de calma. Otegi admitió que el proceso está en "crisis" y que el momento político resulta "muy grave" y atraviesa una situación de "bloqueo". En ese contexto, transmitió a sus bases que Batasuna conoce tanto su preocupación como su confianza en que la izquierda abertzale va a "llevar el proceso hasta el final".

Otegi tuvo un golpe de efecto al final de su intervención, que cerró la marcha, cuando sacó del bolsillo una carta que le remitió en febrero pasado, un mes antes del alto el fuego de ETA, un preso de la banda desde la prisión de Algeciras (Cádiz). No dijo su nombre hasta el final. Era Iñaki de Juana Chaos, en huelga de hambre de nuevo tras ser condenado por amenazas a 12 años y siete meses.

"Seguir luchando"

En la misiva, De Juana recordaba la última vez que vio en 1984 al dirigente de ETA ya fallecido Txomin Iturbe y el mensaje que éste le transmitió de que en los peores momentos es "cuando más hay que estar". Otegi, en un discurso emotivo, destacó que "hoy más que nunca hay que estar" pese a la situación "penosa y dura" de los reclusos. "Queremos que estéis porque sin vosotros no es posible construir un futuro diferente para este país", dijo.

Las dos únicas herramientas que el líder abertzale propuso a sus seguidores para superar esta situación fueron "seguir luchando" y más "organización". Y se comprometió ante ellos a no venderles firmando un acuerdo que no sirva para resolver el "conflicto político y armado que sufre Euskal Herria desde hace siglos". "No hemos nacido para eso", señaló en euskera. "La izquierda abertzale no suscribirá, ni ahora ni nunca, un acuerdo que no contenga los mínimos suficientes para garantizar un marco democrático a este país y la solución del conflicto", abundó.

Lejos de referirse a los actos de violencia callejera o al intento de la víspera de unos encapuchados de quemar a dos policías, reiteró que con "agresiones" a Batasuna no hay proceso. Y en un tono casi retador, pidió que se deje de una vez de "lanzar pelotas a los tejados de ETA, de la kale borroka y a no sabemos qué más tejados". La primera responsabilidad, según él, se halla en las direcciones de los partidos vascos y la segunda, en el Gobierno, "para que cese de una vez por todas las agresiones a la izquierda abertzale".

Por ello pidió a los "responsables de la falta de ambición histórica" para acabar con el conflicto en Euskadi que cesen "todos y cada uno de sus ataques" a Batasuna y al resto de organizaciones independentistas. A la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega le replicó que Batasuna no plantea "tutelas, chantajes, ni pulsos, ni retos". Y que, si acaso, el reto para el Gobierno y el PSOE sería atreverse a "dialogar políticamente y públicamente con la izquierda abertzale en un diálogo multilateral". A ello les emplazó entre gritos por la independencia.

De hecho, los dos lemas más coreados durante la marcha fueron en favor de la independencia y por la vuelta de los presos de ETA a Euskadi.

Pancarta por De Juana

Poco antes de que un mando de la Ertzaintza leyese a uno de los organizadores de la marcha y a la dirigente de Batasuna Jone Goirizelaia el auto del juez Garzón en que detallaba las condiciones en que tenía que discurrir la manifestación, varias personas descolgaron de un viaducto una gran pancarta en la que se leía De Juana Askatu ("Libertad para De Juana") junto a una enorme estrella roja de cinco puntas.

Tras la pancarta con el lema en euskera Euskal Herria Autodeterminación, se situó la plana mayor de Batasuna: Otegi, Joseba Permach, Pernando Barrena, Jone Goirizelaia, Juan José Petrikorena, Rufi Etxeberria y Joseba Álvarez; el responsable de la organización en favor de los presos también ilegalizada Askatasuna, Juan María Olano, y el líder del sindicato abertzale LAB, Rafael Díez Usabiaga. El ambiente era tenso. Pronto comenzaron los gritos aislados de "PNV español" y hubo un momento de tensión cuando varias furgonetas de la Ertzaintza se quedaron entre los dos bloques de la manifestación antes de que echara a andar. Salieron de allí entre silbidos y gritos en euskera de "fuera" y "dejadnos en paz".