_
_
_
_
Reportaje:

Soler lo fía todo al nuevo Mestalla

La deuda del Valencia crecerá imparable al menos hasta que esté listo el estadio en 2010

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

"Recelos". Juan Soler anunció hace dos años, nada más aterrizar en la presidencia, que el Valencia iba a despertar recelos en los otros grandes clubes de España. "Porque vamos a eliminar la deuda histórica del club [120 millones] y no tendremos que pagar 9,5 millones anuales de intereses". Soler confiaba en un par de pelotazos urbanísticos que le iban a proporcionar 600 millones con los que liquidar los débitos. Y sí, dos pelotazos han salido adelante con el beneplácito del gobierno del PP en la Generalitat y en el Ayuntamiento de Valencia: la recalificación de unos terrenos rústicos para construir viviendas y una nueva ciudad deportiva en Riba-roja, a 15 kilómetros de Valencia, y la recalificación del viejo Mestalla para levantar torres y pagarse un nuevo estadio en otra parte de la ciudad. No va a ser suficiente. En estos dos años en la presidencia, Soler ha solicitado un crédito de 120 millones y ha disparado los gastos tanto por el coste de la plantilla (un 55% más que sus predecesores) como por los fichajes (132 millones en adquisiciones por 37 millones de ingresos en los traspasos). "La plantilla es buena, pero cara. Se nos come los ingresos ordinarios", reconoce Juan Galiano, director general. El club ha incrementado la deuda hasta 165 millones, maquillada por los beneficios de la recalificación de Riba-roja. Y Soler admite que habrá un déficit anual de 30 millones hasta 2010, cuando esté acabado el nuevo campo. Hasta entonces, el club afeitará los presupuestos con ingresos por la venta de derechos de edificabilidad en el viejo Mestalla, que seguirá en pie en los tres próximos años.

Más información
Quique le baja los humos a Villa

"Si pierdes ese dinero todos los años, es insostenible", admite Galiano. "Sin el nuevo estadio, es un túnel sin salida, a pesar de que hemos doblado los ingresos comerciales de 12 a 24 millones". La entidad valencianista está dispuesta a venderle el nombre del futuro recinto a una multinacional. También espera aumentar la explotación comercial y publicitaria, además del dinero extra que aporten los 70 palcos y las 20.000 nuevas localidades.

El Valencia presentará hoy la maqueta de su nuevo campo, de 75.000 localidades, en un acto fastuoso en el Museo Príncipe Felipe. Un evento organizado por una empresa del director de la cadena autonómica Ràdio Nou, Jesús Wolstein, según reveló ayer la Cadena Ser. Wolstein es el esposo de Marta Torrado, edil del PP en el Ayuntamiento de Valencia. Hace dos semanas, Soler emitió un comunicado en el que atacaba a los socialistas valencianos porque éstos votaron en contra de la recalificación de Mestalla, que fue aprobada por la mayoría municipal del PP. Rafa Rubio, portavoz socialista en el Ayuntamiento, acudirá hoy a la presentación aún a riesgo de recibir la hostilidad de algún exaltado.

"El acto resulta caro, pero espero que tenga su retorno y que a Toyota y a Nike [patrocinadores principales del club] les podamos pedir más", explica Galiano. El Valencia invitó sin éxitos a los cuatro mejores futbolistas de la historia: Maradona, Pelé, Cruyff y Di Stéfano. Pelé disculpó su ausencia y Maradona pidió cobrar medio millón. Sí han aceptado la invitación Zubizarreta y Luis Aragonés, además de representantes de 12 clubes españoles y otros tantos extranjeros.

Al estilo del Amsterdam Arena, el futuro Mestalla tendrá una fachada interactiva conectada con una cubierta. La firma de ingenieros, la londinense Arup, es la misma que ha diseñado el recinto olímpico de Pekín. La particularidad valencianista es que el campo estará metido en un entorno urbano.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_