La peor epidemia que se recuerda

"Estoy trabajando en una rodillera elástica y en una serie de ejercicios de prevención para tratar de frenar esta epidemia de la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla", dice el traumátologo Pedro Guillén, que ha operado a lo largo de su carrera más de 3.500 ligamentos cruzados de rodilla. Por sus manos han pasado decenas de deportistas de élite de distintos decenios. Entre ellos, recordaba ayer el doctor Guillén, Arconada, Ablanedo y Fernando, guardametas de los años ochenta y noventa, como muestra de que la terrible lesión de los ligamentos cruzados afecta a casi todos los deportes y a todas las posiciones en el campo de juego, también a los porteros. Se llama ligamento cruzado a cada una de las cuerdas que unen el hueso del fémur con el hueso de la tibia, en la profundidad de la articulación de la rodilla. ¿Cuándo se rompe? Cuando se produce una torcedura de la rodilla respecto al pie que está fijo en el suelo, al aterrizar de un salto, tras bloquearse un esquí, tras una entrada fuerte de un contrario...

Pero mientras otras lesiones, como las de tobillo, han menguado en los últimos años, las roturas de ligamentos de las rodillas ha aumentado de manera dramática en lo que va de curso: 15 jugadores de Primera División se han lastimado en tan sólo nueve jornadas, un "20 o 30% más respecto al año pasado", según los cálculos de Genaro Borrás, médico de la selección española de fútbol. El tiempo de recuperación va desde los tres meses hasta los siete y no siempre la recuperación es total, aunque en este terreno sí se ha avanzado mucho respecto a épocas precedentes.

Estamos en la novena jornada de Liga. Ya no sirve la vieja excusa usada para casi todo: es que se juegan demasiados partidos porque no se han disputado hasta el momento y, sin embargo, el número de lesionados es muy alto. Tampoco es producto del cansancio, puesto que muchas de estas lesiones se han producido al principio de los encuentros. El valencianista Gavilán, por ejemplo, en el minuto 7. Los expertos consultados por este periódico coinciden en que es hora de intentar atajar la plaga. Analizan las posibles causas y tratan de aportar soluciones.

- Pedro Guillén (Traumatólogo).

"Hablamos de una autolesión con el pie en el suelo, giras la cadera y llega la lesión. El ligamento cruzado está en el centro exacto, es el pivote de la tragedia. En las mujeres deportistas, con una rodilla más laxa, es más frecuente que en los hombres, como se puede apreciar en las baloncestistas norteamericanas. ¿Tiene solución? Creo que sí, puesto que se trata de una autolesión. Se puede prevenir de dos maneras. Con una rodillera elástica con la que estamos trabajando: la FIFA prohíbe las rodilleras con durezas que puedan dañar al contrario. Y con ejercicios preventivos de propiocepción para que no se estresen los ligamentos: 1) Enseñar a caer desde una cierta altura con los pies hacia fuera; 2) Que el pie en el suelo quede semirígido, más suelto para evitar que se rompa. Esto no es fácil enseñarlo a los deportistas de élite porque ellos piensan que no les va a pasar. Habría que vendérselo de otra manera: diciéndoles que van a ganar velocidad, por ejemplo. Lo normal es comenzar por los jóvenes. Ahora voy a un congreso en Argentina donde me van a preguntar qué le pasó a Maxi, del Atlético. Hay que evitar el estrés del sistema medial o interno de la rodilla".

- Genaro Borrás:

"Ha habido un aumento de un 20 o un 30% respecto al año pasado. ¿Causas? Tres importantes. El desprecio por las pequeñas lesiones que desembocan en otras más grandes; los programas tan apretados de partidos; y el consentimiento cada vez mayor de los árbitros con las entradas fuertes. Hay que abrir la caja negra para ver qué está pasando y vamos a analizarlo porque las consecuencias son muy graves. Hace años, un 50% de los jugadores recuperados no conseguía el nivel futbolístico anterior; ahora cerca de un 80% sí lo consigue, pero sigue habiendo jugadores que no vuelven a ser los que eran".

- Juan Ángel Ballesteros (ex fisioterapeuta de la selección española): "No es circunstancial el aumento. Cuando hay una lesión de éstas, debería haber una reunión inmediata de médicos, preparadores físicos, fisioterapeutas y técnicos, pero no las hay porque la gente tiene miedo a mostrar sus carencias. No hay nadie que investigue en el mundo del fútbol. Hace un par de temporadas, en el Barcelona, se culpó a una máquina que, como se ve ahora, no tenía nada que ver".

- Antonio Giner (médico del Valencia):

"De los cuatro lesionados nuestros, cada uno se ha lastimado con un calzado distinto y un césped distinto. Es una coincidencia".

- Paco de Miguel (preparador físico del Valencia). "¿Evolución? Hace años se vendaban mucho los tobillos los futbolistas. Hoy, menos, porque los jugadores han advertido que estaban perdiendo las propiedades naturales del tobillo, estando más expuesto a las lesiones. La rodilla es más compleja. El músculo se puede fortalecer, pero el ligamento no. Hay que dedicarle mucho tiempo en los ejercicios de propiocepción y tampoco te garantiza poder evitarlo. Vicente, por ejemplo, hace mucha propiocepción en los tobillos y, a la mínima, se produce un esguince. La veteranía ayuda a veces a relajar la pierna en el momento del giro y evitar así algunas roturas. Por eso, la lesión de Albelda, que metió el interior del pie cuando el contrario [Muñoz, de Osasuna] iba a reventarlo, no es normal para un jugador veterano como él. Cada día la exigencia para los jugadores es más alta y los gestos más incontrolados".

- Albelda (capitán del Valencia, lesionado en ligamento lateral interno): "Cada lesión es un mundo. No creo que me lesionara por meter el interior del pie. Nos hacen jugar cada tres días y no estamos al 100%. Es fácil que esos ligamentos estén ya tocados antes de la lesión. Físicamente se nos exige y se nos castiga muchísimo".

- Gerardo González Movilla (presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, AFE): "Si sigue teniendo una repercusión tan grave, haremos una encuesta entre médicos, jugadores y preparadores físicos para averiguar las causas. No tengo una respuesta. No hay mayor violencia, ni cansancio ni las canchas están en peor estado. Sí hay jugadores mucho más fuertes que en el pasado. Nadie quiere perder su puesto y el jugador arriesga debido a la inestabilidad del deporte profesional: en 24 horas, tras una lesión de éstas, puede cambiar tu futuro profesional".