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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jean-Jacques Servan-Schreiber, fundador de 'L'express' y político

Jugó un papel influyente en la sociedad europea de posguerra

Jean-Jacques Servan-Schreiber, periodista, ensayista y político francés, falleció la noche del lunes al martes, a los 82 años, víctima de una neumonía. Periodista de raza, hombre polifacético, profeta de una modernidad tecnológica, jugó un papel determinante en la configuración de las sociedades europeas de la posguerra, tanto en el campo de los medios de comunicación: como fundador en 1953 del semanario L'Express, como en su faceta de ensayista, especialmente a través de El desafío americano, un libro publicado a finales de la década de 1960 del que se vendieron cientos de miles de ejemplares.

JJSS, como se le conoció en sus momentos de gloria, también se dedicó a la política. Refundó el Partido Radical y fue el ministro más breve de Valery Giscard d'Estaign. Llevaba más de una década retirado y padecía una enfermedad neurológica degenerativa, lo que no le impedía, según aseguró ayer su hijo Franklin, leer la prensa, revisar la gran literatura y L'Express. Los últimos años de su vida activa los dedicó a la enseñanza en la Universidad Carenegie Mellon, de Pittsburg, en Estados Unidos.

Ingeniero de formación, pese a proceder de una familia de periodistas, fue piloto de caza en las fuerzas de la Francia libre durante la II Guerra Mundial, aunque no llegó a entrar en combate. Tras la contienda, con tan sólo 25 años, el fundador de Le Monde, Hubert Beuve-Méry, le hizo editorialista de política internacional, lo que no le impidió ejercer de responsable de prensa del socialista Pierre Mendes-France.

Fue el proceso de derrumbe del imperio colonial francés, primero con la guerra de Indochina y después con la terrible guerra de Argelia, lo que le llevó a fundar en 1953, junto a Françoise Giroud, el semanario L'Express. El éxito fue inmediato. Además de ejercer una crítica implacable del poder, llenó un vacío en la sociedad francesa y conectó con las corrientes de pensamiento que emergían en la Europa de la posguerra. Por sus páginas pasaron escritores de la talla de Albert Camus, François Mauriac o Jean-Paul Sartre, pero también nombres menos conocidos y más heterodoxos que introdujeron temas, entonces novedosos, como el feminismo.

En 1970 abandonó la dirección de L'Express para lanzarse a la arena política. Para entonces ya había publicado El desafío americano (1967), el libro que analizaba la penetración de las multinacionales estadounidenses en Europa, y que más allá de la simple denuncia, funcionaba como exégeta de un modelo de modernidad. En la ola del éxito de El desafío americano Servan-Schreiber visitó España. Concretamente dio una multitudinaria conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. Su presencia elegante y sus ideas liberales, contrastaban enormenente con la tensa grisura de aquellos momentos marcados por el Estado de excepción y el Proceso de Burgos.

Durante la década de 1970, Servan-Schreiber se lanzó abiertamente a la política. Asaltó el languideciente Partido Radical y se convirtió en su presidente, consiguió un escaño de diputado por Nancy y se autoproclamó representante de la región de Lorena. Crecido, en las siguientes elecciones disputó el escaño de Burdeos al entonces primer ministro, el gaullista Jacques Chaban Delmas. Y mordió el polvo. Pero su momento de gloria -por más que efímero- estaba aún por llegar. En 1974, Valery Giscard d'Estaing, recién elegido presidente de la República, le llamó para que ocupara el Ministerio de las Reformas. Duró sólo 12 días en el cargo, que abandonó alegando incompatibilidad con la política nuclear del presidente. En 1977 se vendió L'Express y en 1980 escribió El desafío mundial, otro ensayo en el que analizaba la llegada de la informática a la vida cotidiana y las consecuencias de la revolución tecnológica. A finales de la década de 1980 se instaló en Pittsburg junto a su familia ejerciendo como profesor en la universidad. A mediados de la década pasada empezó a sufrir los efectos de una enfermedad neurológica degenerativa. Su último artículo data de 1996. Su última aparición pública fue en 2003, para asistir a los funerales de Françoise Giroud. En los últimos tiempos vivía en las afueras de París junto a su mujer Sabine y sus hijos. El presidente Jacques Chirac, de quien fue breve ministro, le calificó ayer de "apasionado de las ideas nuevas y de la acción", "político de estilo innovador y brillante ensayista".

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