Candidato Platini
El ex jugador francés, aspirante a presidir la UEFA, quiere dos asistentes arbitrales más y reducir el cupo de las grandes Ligas en la 'Champions'
Las botas, con las que ganó tres años consecutivos el Balón de Oro (1983, 1984 y 1985), las guardó hace mucho tiempo. Sin añoranza. Tras dominar el fútbol de los años ochenta, Michel Platini (Joeuf, Francia; 1955) quiere gobernar en los despachos, no en la cancha. Por amor al juego. Antiguo seleccionador de Francia y copresidente del comité organizador del Mundial de su país de 1998, inició, con el nuevo siglo, su camino en la administración de su deporte con un claro objetivo: "Devolver el fútbol a los futbolistas y alejarlo de los tecnócratas".
Sus cargos en la FIFA, como consejero personal del presidente, el suizo Joseph Blatter, y principalmente como miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA desde 2002, le han catapultado a luchar por erigirse en el máximo responsable del organismo del fútbol europeo frente al presidente actual, el sueco Lenhart Johansson, en el cargo desde 1990, en las elecciones que se celebrarán el 25 de enero de 2007.
La pasada semana, Platini expuso su programa en un desayuno con la prensa en Barcelona. "Soy francés, pero no un revolucionario", recalca. Aunque advierte: "El fútbol se ha convertido en una tragedia permanente. Su universalidad está en juego".
El candidato a la presidencia de la UEFA basa su ideario en corregir las desigualdades en el fútbol y en reforzar la solidaridad entre todas las asociaciones. "El fútbol actual ha cambiado mucho y hace falta una gran regulación. Tiene que volver a ser una familia. No quiero que sean los tecnócratas de Bruselas o los nuevos millonarios los que se apoderen del fútbol para ampliar sus negocios", dice Platini.
Es por ello que el francés no se anda con tapujos cuando rechaza una Liga cerrada que plantean los clubes europeos más poderosos, el G-14: "El fútbol es para todo el mundo. Si damos aún más representación a los clubes más poderosos, los pequeños desaparecerán". Y argumenta: "El fútbol business [negocio] no me interesa. Cuando se juega, se juega por la victoria, no por ganar un 2% en la Bolsa. Una Liga cerrada mataría el espíritu del juego. Si no hubiera ascensos y descensos entre las distintas categorías, ¿para qué serviría la esencia del fútbol? Conmigo, el formato del baloncesto tipo NBA que pregona el G-14 no será posible. La universalidad del fútbol está en juego".
También se muestra partidario de homogeneizar la Liga de Campeones reduciendo un club de algunos países. Para Platini, España, Italia e Inglaterra deberían reducir de cuatro a tres sus participantes con el objetivo de dar oportunidades a aquellas otras naciones que se incorporan al torneo. "Hay que buscar un reajuste para la igualdad del fútbol. En caso contrario, la distancia entre los clubes ricos y los pobres será más grande", sostiene.
La contundencia en sus ideas no es sinónimo de autoritarismo. Los que le conocen le definen como un diplomático capaz de reunir alrededor de una mesa a personas que se detestan. Por otro lado, es la apuesta de la nueva generación de dirigentes del fútbol. "Los presidentes jóvenes de los clubes son más moderados que los actuales dirigentes de la UEFA", explica Platini. Pone como ejemplo a Joan Laporta, el presidente del Barça, con el que se reunió en Barcelona. ¿Y su relación con Ángel María Villar, el presidente de la federación española?, se le pregunta. "Muy bien", responde. Y con mucha ironía apunta: "No es grave que no vote por mi candidatura. Su voto es más por fidelidad a mi rival"
También se mostró partidario de ampliar a seis los árbitros en un partido de fútbol en vez de los cuatro actuales. Estos dos asistentes del juez de campo controlarían las áreas. Pero rechaza la tecnología y la informática en los campos de fútbol, al contrario de lo que sucede en deportes como el tenis: "Un humano es siempre mejor que una máquina".
Firme defensor del gusto por el balón, Platini afirma que la Liga española es "la mejor" y no esconde su admiración por Ronaldinho. "Ronie es un artista rodeado de enormes jugadores, como Deco, Xavi o Iniesta, en el mejor equipo actual, el Barça. Cuando voy a presenciar un partido, quiero ver y sentir emociones y, en los últimos años, el Barça te ofrece estos sentimientos". Cuando se le pregunta por el Madrid de Fabio Capello, responde: "Es un equipo en construcción".
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