A falta de juego, se imponen los goles
El Zaragoza se aprovecha de dos errores del Getafe y de su superioridad numérica
El Zaragoza, más por hábito que por otra cosa y gracias a su carpanta Diego Milito, doblegó al dócil Getafe, que hizo malas todas sus estadísticas. Se le presumía al equipo madrileño una defensa tan sólida como saneada y una pegada de aúpa. Pero todo lo contrario; cometió dos errores de bulto atrás que le condenaron sobremanera y sólo marcó desde los once metros. Al Zaragoza, bien agradecido ante los regalos rivales, le bastó la puntería de sus delanteros. Y, de paso, saca pecho con una victoria que le asienta dentro de la zona Champions.
Un balón largo de la zaga reposó en el pecho de Sergio García, que provenía de un claro fuera de juego ignorado por el asistente. Pulido siguió la jugada, le ganó la posición al delantero y cedió el cuero a Abbondanzieri. Pero se lo dio corto, demasiado blando. Y Sergio García, todo un incordio, se revolvió para retomar la posición. Pulido, superado, optó por agarrar al delantero. Era el último defensa y el colegiado no dudó en mostrarle la roja directa. Schuster, enfadado, se echó las manos a la cabeza y varió el dibujo táctico: dejó a un solo delantero. La respuesta de Víctor Fernández se hizo esperar, pero fue tan expresiva como contundente: sacó al menudo, pero habilidoso, media punta Longás por el medio centro Movilla. Retomó, así, su preferido 4-4-2 en rombo.
ZARAGOZA 3 - GETAFE 1
Zaragoza: César; Diogo, Sergio, Gaby Milito, Juanfran; D'Alessandro, Zapater, Movilla (Longás, m. 68), Óscar (Lafita, m. 69); Sergio García (Ewerthon, m. 85) y Diego Milito. No utilizados: Miguel; Aranzabal, Piqué, Ponzio y Ewerthon.
Getafe: Abbondanzieri; Cortés, Belenguer, Pulido, Paredes; Redondo (Tena, m. 19), Celestini, Casquero, Nacho (Licht, m. 82); Del Moral y Paunovic (Cotelo, m. 68). No utilizados: Luis García; Contra, Sousa, Licht y Alberto.
Goles: 1-0. M. 38. Diogo. 1-1. M. 67. Del Moral, de penalti. 2-1. M. 75. Diego Milito. 3-1. M. 89. Ewerthon.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Paredes, Abbondanzieri, Cortés y Sergio. Expulso con la tarjeta roja directa a Pulido (m. 11).
Unos 22.000 espectadores en La Romareda. Se guardó un minuto de silencio por Sergi López.
Pero la superioridad numérica no soliviantó al Zaragoza, que adoleció sin remisión de sus notorias ausencias en la zona de creación. Sin Celades, encargado de fusionar la defensa con la segunda línea, y sin Aimar, el siguiente nexo de unión con la delantera, el conjunto blanquillo se tropezó reiteradamente en la construcción. Sin referente en la media punta, el Zaragoza se mostró tan cómodo en los pases horizontales como indolente en los verticales. Una rémora que se le atragantó en exceso y que deberá trabajar su técnico para futuras ocasiones. Entre otras cosas, porque a Aimar le precede un largo historial de lesiones y porque la mayoría de los rivales se plantan en La Romareda con la idea del cerrojo en el entrecejo.
Carente de ideas, el Getafe reculó en grado superlativo y se limitó a presionar en campo propio. Una variante que le dio resultado hasta que el Zaragoza encontró en las jugadas a balón parado la mejor receta para paliar sus deficiencias ofensivas, hasta que la defensa madrileña cometió otro error infantil, imperdonable. D'Alessandro, brazos en jarra, sacó un córner envenenado al mismísimo punto de penalti. Y Diogo, absolutamente libre de marcaje, sin nadie que le encimara, empalmó el cuero al fondo de la red. Un fallo defensivo incomprensible y todo un mazazo. El Getafe, sin embargo, se repuso gracias a Diego Milito, que agarró vistosamente a Belenguer dentro del área a la salida de un saque de esquina. Del Moral, tranquilo, transformó la pena máxima. Pero Diego Milito arregló su desaguisado cuando aprovechó un pase de Sergio García, cuando cruzó el esférico ante la salida desesperada de Abbondanzieri. Palo y gol. Diego Milito, al rescate. Ewerthon, cuando el partido estaba en el último resuello, puso la puntilla y sacó los colores al Getafe. A falta de jugadas trenzadas, al Zaragoza le alcanzó con la definición de sus delanteros.
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