Atragantados con el jamón picante
La palabra spam tiene un curioso origen. Se trata de un tipo de jamón enlatado y picante (spam es el acrónimo de spiced ham) y no de muy buena calidad. Durante el racionamiento que sufrieron los británicos en la II Guerra Mundial, era una de las pocas provisiones que tenían disponibles, así que buena parte del Reino Unido terminó aborreciendo el spam. El origen concreto del término aplicado al correo electrónico proviene de una pieza realizada por el grupo de humor Monty Python en 1970, donde una pareja va a cenar a un restaurante donde todos los platos contienen spam. Al final, todo el restaurante termina gritando "spam, spam, spam" hasta que es lo único que se puede escuchar.
Las enciclopedias cuentan que el primer spam fue enviado en 1978, pero la idea de inundar a los internautas con mensajes publicitarios no solicitados como práctica comercial empezó en 1994, cuando una pareja de abogados estadounidenses envió múltiples mensajes a los foros de Usenet (grupos de noticias) anunciando servicios para inmigrantes.
El spam no sólo afecta al correo electrónico. Ya se reciben mensajes de publicidad no solicitada en grupos de noticias, foros, juegos en Internet e incluso teléfonos móviles. La última modalidad de esta actividad se conoce como splog, y son diarios personales o blogs que contienen texto falso (para conseguir altas posiciones en los buscadores), diseñados especialmente para contener publicidad o promocionar otros sitios.
Al no existir leyes internacionales sobre esta actividad, la persecución del correo basura es muy complicada. Así que hay usuarios que se han tomado la justicia por su mano: cuando el pirata Alan Rasky se jactó en una entrevista de inundar los buzones de correo electrónico de los internautas, cientos de ellos se vengaron inundando de cartas, a su vez, el buzón postal de aquél.
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