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Crónica:La campaña electoral en Cataluña
Crónica
Texto informativo con interpretación

El inexistente debate sobre la inmigración

En sus reuniones con pequeños grupos de estudiantes o de jóvenes, Josep Lluís Carod Rovira intenta siempre explicar un poco mejor qué quiso decir con eso de que "Cataluña no podía pagar la Seguridad Social de toda África", una ocurrencia que sentó mal en medios relacionados con la inmigración porque abundaba en la falsa imagen de unos africanos a los que se les regalan servicios sociales, en lugar de unos trabajadores que, en cuanto consiguen empleo legal no sólo se pagan la Seguridad Social propia, sino que también colaboran en la ajena.

Ayer por la mañana, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Terrassa, Carod dio vueltas a la misma idea. "¿A cuántos inmigrantes podemos ofrecer en Cataluña condiciones de una vida digna?", se preguntó de nuevo, como si se tratara de una donación humanitaria y no del efecto de su propio trabajo.

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El centenar de estudiantes que abarrotaban una pequeña sala de la escuela no parecieron darse mucho por enterados de los intentos del candidato republicano por aclarar su pensamiento respecto a la inmigración y mostraron más curiosidad por otras cuestiones, como las conversaciones con ETA, un eventual apoyo a José Montilla como presidente de la Generalitat o la modernización tecnológica del país.La verdad es que la inmigración no ha sido protagonista de esta campaña ni tan siquiera después de la propuesta del llamado carnet por puntos de Convergència i Unió (CiU) y que no sólo Carod Rovira, sino también los otros candidatos, han pasado de puntillas sobre esta cuestión, rehuyendo un debate serio y abierto del asunto.

Algunos opinan en Cataluña que lo mejor de Esquerra Republicana (ERC) son sus campañas electorales, y es posible que buena parte de ese mérito resida en el propio Carod Rovira. El presidente de ERC se maneja con la misma eficacia en grandes mítines o reuniones que en un mano a mano con un puñado de estudiantes. Tiene sentido del humor y buenos reflejos: "Para votar a ERC no hace falta ser independentista, al fin y al cabo la independencia no es para la Purísima", bromeó con los jóvenes de Terrassa. "Lo importante es que a la hora de votar no hagáis piruetas extrañas y terminéis votando en contra de vuestra verdadera opción política, todo para evitar que otro llegue a ser presidente de la Generalitat". Oyéndole quedaba claro que unos y otros temen el efecto este miércoles del llamado voto útil.

Esquerra Republicana abomina de un posible pacto CiU-PSC, que la alejaría del Gobierno catalán, e intenta llegar al día 1 como llave de cualquier posible coalición. Sus dirigentes saben que ni Artur Mas ni José Montilla querrían ver de nuevo a Carod Rovira como conseller en cap, pero están seguros de que al menos en el caso del candidato socialista no le queda otra posibilidad para presidir la Generalitat que un nuevo tripartito que reúna los escaños suficientes, sea con Carod Rovira o con el más digerible Joan Puigcercós. Según ha ido desarrollándose la campaña, da la impresión de que esa podría ser también la mejor opción que le quede finalmente a ERC.

Lo importante, aseguran esperanzadamente en el Partit dels Socialistes (PSC) y en Iniciativa per Catalunya, es saber si ERC ha aprendido de la dura experiencia de estos tres años. Carod Rovira sonreía ayer con picardía ante los estudiantes y se comparaba indirectamente nada menos que con el recién reelegido presidente brasileño, Lula da Silva. También él se ha equivocado en algunas cosas pero ha merecido una segunda oportunidad, explicaba sin complejos.

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