Caravasar cumple diez años dedicados a difundir las músicas del mundo
El grupo sevillano publica 'Alminares mediterráneos', su segundo disco
Caravasar es una palabra llena de fuerza y belleza procedente del persa. Literalmente significa "palacio de las caravanas". Los caravasares son edificios de Oriente situados a lo largo de las rutas que frecuentan las caravanas y que servían para albergar a los viajeros y facilitar sus intercambios comerciales. Pero Caravasar es también el nombre de un grupo musical sevillano que ahora celebra su décimo aniversario.
Caravasar lleva 10 años empuñando la antorcha del mestizaje musical. La divulgación de las músicas del mundo es uno de sus objetivos principales. El grupo se asoma a una fuente rica y llena de maravillosos secretos por descubrir: el patrimonio artístico del Mediterráneo oriental.
Canciones de los Balcanes, ritmos sufíes de Turquía y bailes de los países del Magreb son recreados y fundidos con las corrientes musicales de Occidente. El grupo funciona como un crisol de instrumentos orientales y occidentales que trascienden fronteras. El espectáculo musical que ofrece Caravasar ha recorrido España, Portugal y Marruecos integrando las sugerentes melodías de un mundo que se niega a ser clasificado en compartimentos estancos. Caravasar ha publicado dos discos: La ruta de la seda (1998) y el reciente Alminares mediterráneos, editado por Resistencia.
El grupo está integrado por Joaquín Rodero, Amin Chaachoo, Chiqui García, Álvaro Garrido, Ignacio Béjar y Nacho Gil. Garrido relata su historia: "Caravasar comenzó siendo un trío hace 10 años. Nos juntamos tres personas que tocábamos lo que ahora se llama músicas del mundo. Con nosotros se vieron por primera vez en Sevilla cierto tipo de instrumentos que hasta entonces no eran conocidos, como el ud (laúd árabe), el saz (laúd turco), los bendires (panderos árabes)... Instrumentos que pertenecían a culturas mediterráneas. Caravasar tiene el espíritu que refleja su nombre: esos pequeños poblados que en la ruta de la seda servían para descanso de las caravanas".
"El alma mater de Caravasar fue Joaquín Rodero, profesor de literatura en un instituto. El grupo siempre ha estado en torno a la empresa Zanfoñamóvil. Nació con Zanfoñamóvil. Los tres fundadores fuimos Joaquín Rodero, Chiqui García y yo. Duró así unos meses. Luego, entró Nacho Gil y nos e convertimos en cuarteto", agrega Garrido.
"Al cabo de dos años se grabó el primer disco, La ruta de la seda. El pasado agosto, hemos publicado nuestro segundo disco, Alminares mediterráneos. El primero era un viaje musical por ese camino mágico. Había algún tema chino, otro de la zona de la India...", comenta Garrido. "En Alminares mediterráneos hay música turca, griega, marroquí... En un tema ha colaborado el pianista flamenco Dorantes. Caravasar lo tamiza todo y lo lleva a su terreno. Desde hace cinco años somos un quinteto con la entrada del músico marroquí Amin Chaachoo, que toca el violín y canta. Chaachoo le da un sello todavía más auténtico y tradicional al grupo. Finalmente, el sexto integrante de Caravasar entró en hace tres años. Se llama Ignacio Béjar. Toca instrumentos tradicionales, como el ney (flauta oriental) y también saxos", explica Garrido.
"Celebrar el 10º aniversario en el panorama de la música local y nacional es casi un milagro porque es muy difícil mantener tanto tiempo una marca de grupo. Nos gusta viajar. Somos muy mediterráneos. En Caravasar tamizamos la música que viene de otros países y la adaptamos a nuestro criterio. Se puede hablar de recreación de temas. La gente disfruta y aprende con nosotros", concluye.
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