Un mercado movido por el sol
La nueva plaza de Chiclana contará con 4.000 metros cuadrados de placas fotovoltaicas
Las frutas y verduras del futuro mercado de Chiclana (Cádiz) no serán los únicos productos verdes del edificio. La energía del inmueble, diseñado para convertirse en un ejemplo de construcción medioambientalmente sostenible, estará generada por placas fotovoltaicas que cubrirán el techo del mercado.
La instalación, de 4.000 metros cuadrados, tendrá una potencia de hasta 100 kilovatios por hora, cantidad más que suficiente para atender las necesidades energéticas de los más de 120 minoristas que ocuparán los puestos del mercado. Pero además, las placas fotovoltaicas darán servicio al geriátrico que ocupará la planta alta del edificio. Este centro, que acogerá un centenar de personas, contará asimismo con placas térmicas en su cubierta para que el consumo de agua caliente, elevado en este tipo de instituciones, no suponga un gasto eléctrico o de gas.
El mercado abrirá dentro de unos meses, cuando concluyan las obras de adecuación del interior del edificio. Para entonces se habrá puesto también en servicio un novedoso sistema de producción de frío. En lugar de dejar a cada minorista establecer su propio sistema, el mercado contará con un anillo energético que recorre todo el edificio y al que se podrán enganchar los distintos puestos. La idea está copiada de las grandes industrias de alimentación, que utilizan estos anillos para reducir sus costes.
Otras novedades están inspiradas, por ejemplo, en la Expo del 92. Algunos pabellones utilizaron entonces el agua del río Guadalquivir para utilizarlas en sus sistemas de refrigeración, ya que ésta posee una temperatura mucho más baja que el aire y, por tanto, actuaba antes y con menos gasto energético. En el mercado de Chiclana se van a aprovechar las bajas temperaturas de las aguas subterráneas.
"La mayoría de las ideas que vamos a utilizar en el mercado existen desde hace años, pero la iniciativa privada aún es reticente a emplearlas. En parte queremos ser un ejemplo que demuestre que el uso de estos sistemas no sólo son beneficiosos para el medio ambiente, sino que pueden resultar rentables", explica el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Chiclana, Joaquín Muriano.
Según las previsiones del Consistorio, en diez años se habrá amortizado la inversión en el mercado. En parte por el escaso gasto energético, pero sobre todo porque la energía que generen las placas fotovoltaicas y que no necesite el mercado se podrá vender. La ley establece que este tipo de instalaciones pueden ofrecer la energía que producen a la empresa distribuidora -en este caso, Endesa- y que ésta está obligada a adquirirla. De hecho, al tratarse de energía limpia, la distribuidora tiene que pagar un precio 40 veces superior por estos kilovatios devueltos a la red.
Pero el delegado de Urbanismo prefiere hablar de otro tipo de rentabilidad: la pedagógica. La instalación fotovoltaica está diseñada para que pueda ser visitable, y el Ayuntamiento ya planea excursiones para los escolares de Chiclana, que tendrán en el mercado un ejemplo de desarrollo sostenible.
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