El abaratamiento del petróleo provoca la mayor caída de la inflación en 14 años
Los expertos vaticinan un nuevo repunte a final de año, aunque será menor de lo previsto
El descenso de los precios del petróleo se ha trasladado al bolsillo de los ciudadanos. La inflación experimentó una fuerte desaceleración en septiembre, al pasar del 3,7% que registraba en agosto al 2,9%. Se trata de la mayor bajada de la tasa interanual en un solo mes desde julio de 1992 y sitúa la inflación en el nivel más bajo desde abril de 2004. El descenso obedece casi exclusivamente a la bajada de precios de la energía, especialmente de carburantes y combustibles. Los expertos vaticinan un nuevo repunte a partir de noviembre, aunque el cierre del año será más moderado de lo previsto.
La tregua de septiembre reduce a 1,1 puntos el diferencial con la zona euro
Hay que remontarse a 1966 para encontrar un septiembre en el que bajen los precios
El índice de precios de consumo (IPC), principal indicador de inflación, ha proporcionado una alegría al alejarse del entorno del 4% por primera vez en el año. España es un país muy dependiente del crudo y el encarecimiento de esta materia prima a lo largo del año ha mantenido este índice en niveles elevados. El respiro concedido en septiembre devuelve el IPC a niveles desconocidos desde abril de 2004, pero el futuro sigue siendo incierto. "Lo normal es que vuelva a un cierto repunte a final de año", vaticina Xavier Segura, jefe del servicio de estudios de Caixa Catalunya.
Lo más insólito del comportamiento del IPC ha sido la bajada mensual que se ha registrado respecto a agosto. Los precios en general han caído dos décimas en un mes en que casi todos los años suben, animados por la ropa de temporada y los precios de la enseñanza. Hay que remontarse a 1966 para encontrar un mes de septiembre en el que bajen los precios. El contraste de esa evolución mensual con la de septiembre de 2005 -entonces se produjo una fuerte subida de los carburantes- ha desacelerado el IPC hasta el 2,9%. Se trata del principal salto a la baja en 14 años.
Aunque el principal movimiento se ha producido en el índice general, la inflación subyacente (elimina los elementos más volátiles, alimentos frescos y energía y por tanto es más indicativa de la inflación estructural) también se ha desacelerado una décima en el año. Se trata del segundo mes consecutivo en que esto ocurre y de esa forma se alinea con la inflación general (2,9%). De consolidarse, ésa puede resultar una tendencia esperanzadora.
Pese a todo, algunos expertos muestran preocupación por la resistencia de este valor a bajadas más intensas. "Los elementos más estructurales siguen demostrando que hay cierta presión inflacionista. España es uno de los países donde el traslado de los precios del petróleo al resto de precios es más fuerte", reflexiona Juan Luis García Alejo, jefe de análisis y gestión de Inversis Banco.
Aunque el petróleo incide enormemente en el IPC, no es éste el elemento que más pesa a la hora de calcularlo. La partida con mayor importancia en la cesta de la compra es la de alimentos y bebidas. El segundo elemento es el transporte, donde sí desempeña un papel fundamental el precio del combustible. A continuación se sitúan los hoteles, cafés y restaurantes y los gastos en vivienda (alquileres, calefacción, mantenimiento...). El Instituto Nacional de Estadística elabora mensualmente el IPC con 200.000 precios de los productos considerados más representativos de la cesta de la compra. Las muestras se toman en 30.000 establecimientos procedentes de 141 municipios.
Más allá del alivio inmediato para el consumidor, el dato de septiembre coloca la inflación en mejor punto de partida para cerrar el año. Lo más probable es que en octubre se registre otro descenso considerable, pues el año pasado en ese mismo mes se disparó. La mera comparación arrojará un dato más favorable. Pero el final de año es más incierto. En noviembre y diciembre de 2005 se produjeron subidas más moderadas. Si no ocurre lo mismo este año cabe esperar valores superiores al 2,9%. Hay que tener en cuenta que los dos últimos meses son los más relevantes para el poder adquisitivo de los ciudadanos. El dato de noviembre es el que se toma como referencia para calcular el dinero que se adeuda a los pensionistas por la desviación de la inflación respecto del objetivo oficial (2%). Es decir, las pensiones se revalorizan según el dato de noviembre.
Algo similar ocurre con la cifra de diciembre. Ésta es la que utilizan los convenios colectivos para fijar la subida salarial del año próximo, al menos la ligada a la evolución de los precios. Por tanto, si el comportamiento es más moderado de lo que ha sido a lo largo de todo el año trabajadores y pensionistas perderán poder de compra, pues sus rentas crecerán menos de lo que lo han hecho los precios en todo 2005. La tregua de septiembre ha permitido también mejorar uno de los principales indicadores de la pérdida de competitividad de la economía española: la brecha con la inflación de la zona euro. Ese diferencial ha pasado de 1,5 puntos en agosto a 1,1. Con todo, aún supera la barrera de un punto que los expertos consideran peligrosa para el atractivo de los productos españoles en el exterior.
Con estas premisas, los precios acabarán el año "algo por encima del 3%", en opinión de Xavier Segura. García Alejo añade una reflexión: "Con la subida de los tipos de interés y la desaceleración del consumo se resta presión a más subidas de precios". El secretario de Estado de Economía, David Vegara, confía en que el IPC se mantenga en los niveles actuales si el petróleo continúa en el entorno de 60 dólares por barril.
Más crítico, el Partido Popular considera que los datos del IPC "no son mérito del Gobierno, sino de la coyuntura internacional".
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