"Estamos como hace dos años"
En vísperas de un amistoso trascendente contra Argentina, Luis reconoce que no ha sabido mejorar al equipo
"Como hace dos años". Así está España según su seleccionador, Luis Aragonés, que ayer reconoció no haber conseguido en ese periodo de tiempo, el transcurrido desde que llegó al puesto, su propósito de mejorar al equipo. Se presentó Luis ante los medios con el gesto fatalista que le acompaña desde que la selección se despidiera del pasado Mundial. También él lo hizo, despedirse, una y dos veces, aunque luego rectificó. Así las cosas, y con la federación decidida a mantener al técnico en su cargo, España afronta el partido de hoy ante Argentina (22.00, TVE-1) con el pánico dibujado en el rostro, en el amistoso más trascendente de su historia.
Un amistoso, sin embargo, que ayer adquirió aspecto de opereta. España se entrenaba en el nuevo estadio de la Condomina, que se inaugura hoy, cuando Luis decidió suspender la sesión un cuarto de hora antes de la hora prevista. El estado del césped era lamentable. La hierba se levantaba una y otra vez en ambas áreas, y Puyol tuvo que retirarse lesionado y hoy será baja segura. A punto estuvieron también de caer Luis García y Torres, que rodaron más de una vez por el suelo.
Puyol se lesionó y el técnico suspendió el entrenamiento dado el mal estado del césped
Antes de ello, por la mañana, tocaba conferencia de prensa de Luis, que se desarrolló en la carpa habilitada al efecto por la federación. En un marco de imágenes en directo, luces, pantallas y bandejitas con pinchos y bollos, estos eventos tienen por finalidad estimular lo que pueda haber de excitante en la selección. En medio de las luces y las pantallas apareció sobre el mediodía la figura de Luis Aragonés. Los labios entreabiertos, medio caídos, los ojos tristes y los hombros cargados, daban al seleccionador español la apariencia de un hombre con los nervios destrozados. Él lo desmintió: "Aunque algunos digan lo contrario yo me encuentro física y anímicamente increíble. Y yo sé cómo estoy".
Las derrotas consecutivas frente a Irlanda del Norte (3-2) y Suecia (2-0) han comprometido la clasificación del equipo para la Eurocopa de 2008 y han disparado el debate sobre el futuro del técnico, que vive en lo que él llama "el juego", esto es, una carrera frenética de decisiones y declaraciones polémicas, apariciones públicas, afirmaciones rotundas y desmentidos con aroma autodestructivo. Todo esto se amplificó ayer en el escenario que diseñaron los expertos en márketing de la federación.
Allí, Luis, con aire abatido, respondía unas veces y otras emprendía un soliloquio que tocaba los temas más diversos. Lo más asombroso que dijo fue que en los dos años que lleva al frente de la selección el equipo no ha evolucionado en ningún sentido. "Está más o menos igual", reconoció. "Yo no he hecho nada importante. El equipo no está mucho mejor porque no se han cambiado muchos jugadores. Unas veces se pierde, otras se gana... En dos años sólo hemos tenido cien días para trabajar juntos. Esto no es como un club en el que estás día a día mejorando cosas".
Reconocida su incapacidad para mejorar una situación que hace dos años era igual de amarga, el técnico pasó a decir que era "el mayor responsable, y por tanto, el mayor culpable" de lo que ocurre. Como en días anteriores, Luis Aragonés insistió en que su decisión de aferrarse al cargo es inamovible y que, por lo tanto, sólo se irá si el presidente de la federación, Ángel María Villar, le destituye por la fuerza: "Yo no me voy a marchar por más ataques que haya. Me siento fuerte. En el fútbol pasa lo que tiene que pasar".
Luis Aragonés, junto a Puyol, Albelda y Reina, participó en una de las comparecencias públicas más desasosegadas de las últimas décadas en la selección. Habría que acudir a los archivos históricos para verificarlo. Posiblemente entre los cuatro compusieron el cuadro más deprimente que se ha pintado jamás del equipo nacional. Antes que el seleccionador hablaron los jugadores, que se plantaron ante las pantallas gigantes de la carpa con el gesto angustiado de quien debe pasar por el aro. Las pantallas agigantaron las miradas de temor. Una periodista inquirió a Puyol, que todavía no sabía lo que esperaba en el entrenamiento vespertino, sobre las oscuras palabras del seleccionador en Estocolmo, en las que presuntamente le señalába a él como responsable de una desobediencia antes del segundo gol de Suecia. Reina se pasó las manos por la cara en un acto reflejo mientras su compañero respondía. "Respeto las decisiones y las opiniones de todo el mundo", dijo el capitán del Barça; "yo intenté ayudar al equipo y casi lo consigo, lo que pasa es que luego Suecia nos cogió en una contra. Yo le respeto . Me lo han dicho
[que le había señalado por esa jugada]. Pero a nadie le gusta que le digan los errores públicamente. Rijkaard siempre ha estado a mi lado en los momentos buenos y en los complicados. Ahora tenemos que estar unidos. Buscar polémicas no va a ayudar a nada".
Reina, que se perfila como titular en la portería, lamentó el victimismo que rodea al equipo. "No puede ser que estemos todo el día preguntándonos: ¿y si perdemos?, ¿y si empatamos?... Yo digo: ¿y si ganamos?". Después, como de pasada, Luis apuntó que el partido contra Argentina "no sirve para nada". Y lo explicó: "Si ganas será un partido amistoso y si no...".
Uno de los veteranos del equipo, Albelda, insistió en su discurso claro: "Desde que vengo a la selección no veo esa unidad que tienen, por ejemplo, Argentina, Brasil o Italia. Han pasado varios entrenadores y siempre hay debates, como el último sobre Raúl. Siempre se saca alguna historia y creo que debe llegar un día en que todos nos pongamos la camiseta de España", afirmó, señalando la responsabilidad del célebre entorno: "Pero no sólo nosotros, también vosotros [en referencia a los periodistas], la afición...".
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