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La Alhambra abre al público este mes el lugar por el que Boabdil abandonó Granada

En 1810 las tropas de Napoleón entraron en Andalucía con el propósito de ocupar su territorio. Un general revolucionario, Orase Sebastiani, fue nombrado comandante militar de Granada, ciudad que le fascinó por su rico patrimonio de edificios musulmanes. De hecho, Sebastiani no dudó en instalar su puesto de mando en la Alhambra.

Pese a la fascinación que causó el monumento en los franceses, Napoleón y los suyos, en su urgente retirada, no dudaron en tratar de dinamitar parte del monumento. Gracias a un cabo inválido se evitó que las murallas fueran totalmente dinamitadas, cayendo también de este modo la mítica Puerta de los Siete Suelos.

Llamada también Puerta de Al-Gudur o de los Pozos, es una de las más importantes de la Alhambra no sólo por su valor monumental, sino también por haber sido testigo de algunos de los hechos históricos más significativos relacionados con el Palacio. Durante este mes, el Patronato de la Alhambra ha declarado la puerta como Espacio del Mes, lo que permite al visitante acceder a ella los martes, miércoles y jueves, lo que por desgracia, por razones de conservación, no es posible habitualmente.

Compuesta por una torre cúbica levantada sobre tres bóvedas circulares de las que una se encuentra enterrada. Su nombre, según la leyenda, asegura que en ella existían siete plantas para descender al fondo. Aunque sólo ha sido determinada la existencia de tres, es cierto que podría haber más que comunicaran el recinto con los silos y los pozos de las explanadas de los Mártires, que servían de graneros públicos. Otro de los propósitos de estos pasadizos pudo haber sido establecer una comunicación secreta con las mazmorras que existían en los campos situados frente a la torre.

Construida en la misma época que la famosa Puerta de la Justicia, sobre el dintel puede leerse una inscripción que también se encuentra en su torre hermana: "Sólo Dios es vencedor". Según los expertos, la puerta debió de tener cierto carácter ceremonial, ya que se sabe que delante de ella tenían lugar paradas militares, la más famosa la realizada por las tropas de Muley Hacén, que pasó revista a más de 20.000 hombres en 1474 cuando se disponían a bajar a la ciudad, inundada por una terrible crecida del Darro y de los riachuelos y arroyos que la rodeaban. Además, la Puerta de los Siete Suelos presenta la característica disposición en recodo, un elemento defensivo que la refuerza, pues obliga a los atacantes a realizar uno o más requiebros antes de acceder al interior.

Pese a todos estos hechos notables, la Puerta de los Siete Suelos alcanzó su fama durante los últimos días de la Reconquista. Una vez firmados por Boabdil los acuerdos de capitulación de Santa Fe, el Rey Chico se vio obligado a abandonar Granada, que quedaba en poder de los Reyes Católicos, con destino al Señorío de las Alpujarras que había recibido en compensación. Llegado el momento de salir de la Alhambra, Boabdil decidió hacerlo por la Puerta de los Siete Suelos, pidiendo que quedase cerrada para siempre para que ya nadie pudiera acceder a la Alhambra por ese lugar.

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