Las diferencias en el PP estallan en el último día de la ponencia del Estatuto

Las diferencias internas en el Partido Popular sobre el apoyo o no al Estatuto de Andalucía explotaron ayer en el último día de la ponencia mixta Congreso-Parlamento andaluz. A la misma hora en la que los ponentes se encontraban reunidos ultimando el dictamen final, el portavoz parlamentario popular, Eduardo Zaplana, echó por tierra los avances logrados hasta el momento, al asegurar que ve "tremendamente complicado" el sí de su grupo. El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, contestó en sentido opuesto y con la misma contundencia: "Hoy es posible el acuerdo".

Las tensiones internas entre el núcleo duro de la dirección nacional del PP y la dirección regional estallaron cuando está a punto de alcanzarse un acuerdo final sobre el Estatuto de Andalucía. En cierto sentido estos tirones se esperaban. Visto desde Madrid, el apoyo a la reforma andaluz rompe para el sector más duro de este partido la teoría sobre la que sustenta su oposición a Rodríguez Zapatero de que España se rompe. Desde Andalucía, la posición de la organización que dirige Javier Arenas es favorable al consenso, siempre que se preserve la prevalencia de la legislación estatal y se constitucionalice el texto, como así está ocurriendo. Y en medias, el presidente del partido, Mariano Rajoy, quien en sus dos últimas visitas a Andalucía ha mantenido un silencio absoluto sobre el proceso.

Lo dicho ayer por Zaplana, por un lado, y Arenas y los ponentes populares Soraya Sáenz de Santamaría y Antonio Sanz, por otro, no pueden ser más distintas. El portavoz parlamentario aseguró en conferencia de prensa que el Estatuto "en los que términos en los que venía era inasumible", pero cuando se le preguntó por el acercamiento entre las dos formaciones en los trabajos de la ponencia enfatizó: "Lo veo [el acuerdo] tremendamente complicado. Tendría el PSOE que cambiar radicalmente su posición y no creo que lo haga". Hasta ahora, sus compañeros de partido habían mantenido lo contrario e incluso habían manifestado que el cambio de posición del PSOE estaba en las propias enmiendas registradas por el grupo socialista a un total de 87 artículos.

Las declaraciones de Zaplana llegaron a los ponentes a través de mensajes de móviles. Enseguida los diputados populares salieron de la reunión y se colgaron de los celulares. Desde el primer momento, el entorno de Arenas restó valor a lo dicho por su portavoz parlamentario por su ignorancia en las negociaciones. "No está en el último detalle del último momento de la ponencia", dijeron estas fuentes.

Soraya Sáenz de Santamaría comunicó al responsable de Política Autonómica de PSOE y ponente, Alfonso Perales, que las declaraciones de Zaplana para nada trastocaban la marcha de las reuniones y que los interlocutores seguían siendo los mismos, lo que tranquiló al socialista.

Tanto Sáenz de Santamaría como Antonio Sanz eludieron apoyar lo dicho por el número tres del PP. Por el contrario pusieron el acento en que se habían modificado 120 artículos de 246, por lo que ahora hay un "Estatuto distinto y nuevo". La mayoría de estos cambios introducen en unas sesenta ocasiones citas a la Constitución o introduce coletillas del tipo "en el marco de la legislación estatal" o "sin prejuicio de las normas estatales", pero no varían sustancialmente lo aprobado en la Cámara autonómica.

"Se trata de rematar la faena", dijo el secretario general del PP andaluz, quien apuntó en el haber de su partido el haber conseguido "dar la vuelta" a muchos artículos. Desde Gádor (Almería), Arenas insistió en que la propuesta de reforma "prácticamente no se parece a la que salió del Parlamento" andaluz por lo que "ve la posibilidad en el horizonte de un acuerdo".

Los socialistas se apuntaron a rápidamente a la versión de los ponentes conservadores de que Zaplana no está al día a día de las negociaciones. "Toca de oídas, no está en la discusión", dijo Alfonso Perales, quien enfatizó tener toda la seguridad de que sus interlocutores en la negociación "hablan en nombre del PP".

Perales intentó meter presión a los populares y evaluó el acuerdo a tres bandas entre PSOE, PP e IU en el 90% del articulado de la proposición de reforma.

El "zaplanazo", como lo bautizó el diputado Antonio Romero, fue para IU la manifestación de la división interna del PP, a cuya cúpula directiva instó a definirse: "¿Quiere el acuerdo o quiere convertir el Estatuto de Andalucía en un elemento de enfrentamiento de España?", se preguntó el coordinador federal Gaspar Llamazares.

Las declaraciones del portavoz popular no logró, sin embargo, romper la táctica de negociación que se ha seguido en las seis reuniones de ponencia. Es decir, la de pactar y votar juntos enmiendas transaccionales y dejar aparcados los asuntos más espinosos. Como estaba previsto, el Preámbulo del Estatuto, la definición de la comunidad que viene en el artículo 1 y la redacción de la llamada deuda histórica figura en el paquete de cuestiones pendientes. Según el guión previsto, la solución a una decena de asuntos la anunciarán el presidente andaluz, Manuel Chaves, y Javier Arenas, en una comparecencia conjunta.