La autonomía del PP
Dicen en las filas de PSOE que la única afirmación cierta de Javier Arenas en su convención malagueña fue la de reconocer que está "hambriento de gobierno". No es de extrañar tanta hambruna si se tiene en cuenta que los populares no dejan de ser, legislatura tras legislatura, carne de oposición en Andalucía. Ni siquiera las propuestas de gobierno que lanzó a bombo y platillo resultan del todo novedosas. Sólo basta con tirar de hemeroteca para darnos cuenta de que el presidente de los populares andaluces viene a insistir en sus mismas ideas entre la que incluye, además, la estrafalaria iniciativa de incorporar a independientes a su listas electorales, tal y como sucederá con los integrantes de la plataforma Andaluces por el cambio. Algunos de los que forman parte de este "invento pepero", aportarán su prestigio a las candidaturas, asegura a Arenas, sin reparar en el detalle de que algún que otro nombre, más que brillo aportará, sin duda alguna, lastre.
Pero, al margen de los malos pensamientos que Arenas propicia en algunos socialistas, lo sustancial es que estamos ante una semana clave para conocer el grado de autonomía que pueda tener Arenas a la hora de establecer una estrategia propia en Andalucía sin que eso suponga entrar en contradicción con la que mantiene su partido en el ámbito nacional. Los hay que le aventuran poca suerte en este envite, máxime si se tiene en cuenta que el PP parece haber optado por la línea más dura de enfrentamiento al gobierno de Zapatero, un camino que deja poco margen para acuerdos con el PSOE como puede ser el intento de sacar adelante el estatuto andaluz, que pone en evidencia lo que vienen criticando en materia autonómica en todo el Estado.
De momento, Arenas ha tenido oportunidad de manifestarle personalmente a Manuel Chaves su satisfacción por cómo transcurre los trabajos de la ponencia en el Congreso, aunque ya llega la hora de la verdad. En el PSOE están convencidos de que mientras más se avanza en el acuerdo más difícil le será al PP romper ese entendimiento por lo que dan por hecho que al final habrá consenso para dotar a los andaluces de un nuevo estatuto que puede convertirse en el modelo a seguir para todos.
Claro que tanto acercamiento ha llevado, incluso, a los socialistas a lanzar elogios al PP sobre el papel en el proceso negociador, tal y como ha hecho el secretario de Política Institucional, Alfonso Perales hombre poco dado a arrojar flores a sus contrincantes pero que sabe del valor que tiene contar con ellos para este proyecto. Tan inusual ejercicio de amor al prójimo va a tener que requerir algún gesto con IU para compensar no sea que se pongan celosos. De modo que ya se trabaja para visualizar una nueva "cumbre", como gusta decir a los izquierdistas que están desempeñando una labor fundamental.
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