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Perfil | Eric Schmitt

La esperanza blanca de Seat

Aunque oficialmente ha recibido el testigo de la presidencia de Seat esta semana en Barcelona, el relevo con luz, taquígrafos y la tradicional paella que Seat abandera por todos los salones del automóvil del mundo se produjo la semana pasada en Le Mondial de París. No era mal escenario, ya que el nuevo responsable de los destinos de uno de los iconos que forman parte del subconsciente colectivo de los españoles de las últimas décadas presentaba una nueva versión de un modelo que insiste en el carácter deportivo de la marca dentro de la órbita de Audi, a su vez encajada dentro de la galaxia Volkswagen.

Enric Schmitt viene de Audi, donde era responsable de compras y del desembarco del grupo en China. Dos misiones que ha desempeñado con acierto a juzgar por los resultados económicos de la marca en los últimos ejercicios y del cuarto puesto alcanzado como marca más vendida en el difícil mercado chino.

Pero por muy curtido que venga, no le va a resultar fácil encontrar hueco a la marca española en las coordenadas del primer fabricante europeo desde que éste decidió comprar Skoda, clara competidora de Seat en la Europa Oriental y con costes de producción más bajos.

Schmitt ha prometido que vivirá en Barcelona los siete días de la semana en clara referencia a uno de sus antecesores, Bernd Pischetsrieder, hoy presidente del grupo Volkswagen, que durante algún tiempo dirigió la empresa desde Alemania. Su antecesor inmediato, Andreas Schleef, experto en recursos humanos, le ha preparado un aterrizaje suave en ese ámbito cuando se va a cumplir un año del expediente de regulación de empleo que afectó a más de 600 trabajadores, muchos de los cuales podrían incorporarse de nuevo a la empresa en los próximos meses si se materializan los planes que en estos momentos preparan en la pizarra: una inversión de 1.000 millones de euros, la producción de una berlina con la que se amplía el abanico productivo de Martorell y otro modelo de tamaño pequeño para el grupo. Con ellos podría superar una producción anual de 600.000 coches.

A Schmitt le gusta el fútbol y el Real Madrid -intervino en la esponsorización de Audi en el club blanco-, una buena palestra para curtirse ante los duros tiempos que se le presentan, pero tiene buenas referencias. De momento empieza la jornada laboral a las 6.30 con clases de español y aprovecha los fines de semana para probar coches, porque "le gusta conducir".

SCIAMMARELLA

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