El ritmo de crecimiento del beneficio de las empresas cae en picado, hasta un 3,3%
El Banco de España destaca la "elevada" rentabilidad de las firmas industriales
Las empresas españolas siguen ganando dinero pero menos que en 2005. Mucho menos. Durante la primera mitad del año, el beneficio neto de las sociedades no financieras creció un 3,3%, frente al 31,5% registrado en el mismo periodo del ejercicio anterior, según el último boletín mensual del Banco de España. La institución atribuye el retroceso de los resultados a las "importantes" dotaciones que las multinacionales españolas han destinado a sus filiales en el extranjero. Sin embargo, destaca el "elevado" nivel de rentabilidad de las firmas industriales.
Los resultados extraordinarios, con un crecimiento de casi el 30%, salvaron la cuenta de resultados de las empresas españolas en los seis primeros meses de 2006, debido a las "importantes plusvalías" generadas en operaciones de venta de inmovilizado.
De no haber sido así, difícilmente las compañías hubieran podido "compensar" las dotaciones netas (que han pasado de ser negativas en el primer semestre de 2005 a positivas en el mismo periodo del ejercicio en curso) para provisionar la cartera de acciones en algunas matrices españolas para relejar el valor de mercado de sus filiales en el exterior.
El "moderado crecimiento" del 3,3% no cuestiona el "elevado nivel de beneficios" generados por las empresas en la primera mitad del año, como lo prueba el peso que representa sobre el valor añadido bruto. Este porcentaje alcanzó el 33,9%, muy similar al registrado en los seis primeros meses del año anterior y muy cerca también de los máximos históricos alcanzados en 2005, según destaca la Central de Balances Trimestral (CBT) del Banco de España.
El organismo considera el panorama empresarial "muy saneado que alienta las expectativas de continuidad del dinamismo, máxime si se confirma la moderación de la evolución de los precios del crudo".
La contradicción entre el resultado anterior con los beneficios más abultados que reflejan las compañías cotizadas se explica porque la CBT recoge la actividad de las empresas no financieras residentes, mientras que los datos sobre las cotizadas recogen la evolución de los grupos de empresas (incluyendo las financieras) cuya matriz consolida los movimientos con las filiales.
El boletín de ayer, el segundo que publica el Banco de España con Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente de la institución, acaba juzgando de "positiva" la evolución de la actividad productiva y del empleo. Lo atribuye al impulso de las inversiones en bienes de equipo y de las exportaciones, que se refleja en la industria.
Así, pese a advertir de la reducción de la capacidad productiva hasta el 79,4%, por debajo del nivel alcanzado en el segundo trimestre, y a los retrocesos del indicador del clima industrial y de la cartera de pedidos en julio y agosto, la institución destaca la evolución positiva de la industria en su conjunto, "suficiente para preservar un nivel elevado de rentabilidad".
Los resultados son especialmente buenos para los subsectores del vidrio, cerámica y metales, y de la industria de material y equipo eléctrico, electrónico y óptico. Sin embargo, el organismo advierte de la "contracción" de sectores que ha afectado a la evolución del empleo en el total de la industria, que en la primera mitad del año se redujo un 1%.
El subsector alimentación, bebidas y tabacos redujo su valor añadido bruto un 9% como consecuencia del menor consumo derivado de los efectos de la entrada en vigor de la Ley antitabaco. Asimismo, la actividad de los fabricantes de material de transporte se redujo un 11,2% por los fuertes recortes de producción que han afectado a algunos fabricantes de automóviles.
Empleo y endeudamiento
El Banco de España señala el mayor nivel de endeudamiento, aunque recuerda que está condicionado por la adquisición de O2 por parte de Telefónica, que supuso un endeudamiento de 25.000 millones. Sin dicha operación, la financiación ajena hubiera crecido también, pero a un ritmo más moderado.
El empleo registró una subida del 2%, la tasa de crecimiento más elevada desde 2000, pero este dinamismo vino motivado casi exclusivamente por el trabajo temporal, que creció por encima del 10%, frente a un pírrico 0,3% del fijo.
Los salarios mantuvieron el tono de moderación. Las remuneraciones medias aumentaron un 3,1%, ligeramente por encima del 2,9% de la primera mitad de 2005.
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