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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Casto como una novia

Aunque la figura de Jean Arp (Estrasburgo, 1886-Basilea, 1966) es seminal en el arte contemporáneo no hay que perder de vista que se trata de uno de los poetas importantes de la primera mitad del siglo XX. Incluso, se puede asegurar que su obra plástica es una transposición al plano o a tres dimensiones de sus aforismos poéticos. Es sabido que fue uno de los fundadores de Dadá en el Cabaret Voltaire de Zúrich (1916) y que participó en la primera exposición surrealista en París (1925). La antológica exhibida en el Círculo de Bellas Artes muestra algunas obras dadaístas y surrealistas importantes y bastantes trabajos de su etapa de madurez pero, sobre todo, tiene el interés de enlazar estas obras con publicaciones y muchos documentos gráficos y escritos que relacionan sus pinturas y esculturas con el mundo poético.

JEAN ARP

Círculo de Bellas Artes

Alcalá, 42. Madrid

Hasta el 29 octubre

A Arp se le conoce como escultor pero su obra no se somete a las tópicas categorizaciones establecidas por la historiografía, por el contrario, escribió y dibujó, realizó pinturas, collages, relieves, tapices, grabados e ilustraciones, y supo mantener un hálito de sencillez poética y de azarosa pureza, como "la castidad de una novia". Además, es uno de los inventores del collage, el introductor de éste en el dadaísmo que tan sorprendentes frutos dará con Schwitters. Empezó construyendo collages con superficies recortadas sobre tabla, cartón o papel, pero cuando participa en el movimiento surrealista comienza a desgarrar cartulinas o arrugar papeles, dejando ver el carácter no intencionado de unos cortes que muestran los flecos producidos por el desgarro. Estos fragmentos los deja caer libremente, aceptando, como buen surrealista, el azar como norma.

Su obra plástica se caracteriza por el empleo de superficies lisas, monocromas, de perfiles redondeados que dan origen a figuras biomórficas, si bien esas siluetas se parecen más que a primarios seres vivos a esas manchas casuales que los líquidos densos producen al derramarse sobre una superficie no porosa, son figuras como las que formaría el mercurio al posarse sobre un plano de cristal. Con estas superficies creará los "relieves", unas obras que surgen al acumular tres o cuatro tablas redondeadas. Algunas tablas están pintadas, en este sentido, son pinturas: colores sobre un plano, pero al acumular una tabla, con su determinado grosor, sobre otra se convierten en "objetos" con volumen, en "relieves" que pueden ser interpretados como esculturas. Pero a pesar del carácter formal y abstracto, de su materialidad y colorido, son auténticos poemas visuales. ¿Son producto de la casualidad del azar? ¿Surgen de una suerte de automatismo surrealista? Me parece que no. Aunque el artista haya confiado en los métodos y juegos surrealistas, en sus obras hay un elemento que se repite desde los primeros trabajos de 1915 hasta los últimos de 1965. Esa figura es un pequeño círculo, que a veces cobra forma ovalada, con un preciso carácter antropomórfico ya que se trata del ombligo. Colocado junto a dos abstractas y casuales líneas ondulantes, las transforma en un torso. Ese círculo u óvalo perforado en una tabla, tejido en un tapiz, taladrado en una plancha de aluminio o encolado sobre una hoja de papel, se convierte en objeto de deseo surrealista, en carnaza sexual para freudianos o en punto de atracción de unas composiciones de elegancia vanguardista.

'Torso con cabeza de flor' (1924), de Jean Arp.
'Torso con cabeza de flor' (1924), de Jean Arp.

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