El suicidio del PP

¿Cómo puede un partido político que ha gobernado y con un número considerable de votantes escoger la vía del suicidio por no salir elegido en unas elecciones? No saber asumir el papel de oposición es demostrar muy poco espíritu democrático.

Entiendo que un personaje como Aznar, una vez que ha dejado de ser presidente de una nación y de un grupo político, se haya relajado en su esfuerzo por mostrar lo que no es y se nos descubra como el ultraconservador que siempre ha sido. Pero que las riendas de ese partido las Zaplana y Acebes, cada vez más hundidos en el lodo de su resentimiento electoral, y que utilicen medios de comunicación afines a sus maquinaciones para tratar de engañar, no ya a todo un país sino a sus propios votantes, me parece un despropósito de envergadura. Sólo comparable a la sordera que demuestran ante las justas protestas de sus simpatizantes; éstos contemplan boquiabiertos cómo lo que debe ser un proyecto alternativo de gestión, se ha convertido en una fijación enfermiza que ha alcanzado ya el punto de no retorno.