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Objetivo, maniatar a Guti

El cuerpo técnico del Atlético explica la táctica 'científica' para frenar al madridista, que sufrió 10 faltas, el récord desde 2003

"La consigna era maniatar a Guti, pero no haciendo faltas tácticas. El plan se estudia durante toda la semana, con análisis científicos, y se planea muy concienzudamente", explica, algo molesto por el acento en las infracciones sobre Guti de los medios, un miembro del cuerpo técnico del Atlético. "Se idea la presión de los dos volantes, más Mista, para encajonarlos y que no tuvieran salida", precisa uno de los padres de la estrategia. "Las faltas, que hubo por parte de todos, son fruto de esa presión, pero no una orden premeditada", argumenta uno de los preparadores.

"Era importante. Guti genera mucho fútbol. No había que dejarle circular libremente con el balón y creo que lo hicimos cabalmente bien", se felicitaba Javier Aguirre, el técnico del Atlético, a la conclusión del derby del domingo pasado en el Bernabéu. La consigna fue clara: en el Madrid sólo es capaz de crear fútbol desde atrás Guti, pues... paremos a Guti. Y en eso se afanaron todos los futbolistas rojiblancos desde el primer minuto hasta el último en el que Guti estuvo sobre el césped.

En la extensa nómina de atléticos inmersos en la tarea figuran delanteros como Mista, centrales como Perea y Pablo, volantes, laterales, interiores... Hasta diez faltas sufrió el mediapunta blanco. El mayor número de infracciones sobre un solo futbolista en los últimos tres años (Figo fue cazado 12 veces en 2003). La marca es compartida con Valerón y Vicente, en 2004, y Munitis, Riki y Aimar, en 2005. Guti se escapó poco. Pero lo suficiente para fabricar el gol del empate final de Raúl.

Además, la colección de faltas abarca todas las zonas del campo. Desde el área defensiva madridista hasta los dominios de Leo Franco. El acoso fue permanente. Sin tregua. De hecho, la inclusión de Mista en la alineación, en vez de Agüero, tenía como propósito frenar a Guti. La idea de Aguirre fue insertar al murciano entre los volantes para ser la primera piedra en el camino de la salida del balón de los chicos de Capello.

"Han sido mejores tácticamente, han cerrado bien las bandas y han sabido tapar a Guti a base de faltas. Nos han cortado mucho el juego ofensivo". Esto lo dice Mejía, uno de los grandes perjudicados por la estrategia atlética. Al quedar taponadas todas las vías de escape, el único carril que, premeditadamente, quedaba liberado era el del canterano. Emerson y Diarra nunca se ofrecieron como una alternativa. De hecho, el brasileño dio la impresión de que evitaba la responsabilidad diluyéndose entre los dos volantes de contención rojiblancos, Maniche y Luccin.

"Esto es fútbol. Sabíamos que en el Bernabéu, para ganar, había que estar bien en todas las facetas y una de ellas era estar fuertes, estar contundentes y no dejar jugar al Madrid", explicó ayer Pernía, sin citar el nombre de Guti, pero como respuesta a una pregunta sobre el centrocampista blanco. El lateral de origen argentino fue uno de los cuatro rojiblancos que vio la cartulina amarilla por cometer una infracción sobre Guti. Una sangría de faltas que se frenó en el minuto 69, cuando Fabio Capello, el técnico del Madrid, tomó la resolución de cambiarle por Beckham.

Cuando esa sustitución se produjo, Sergio Ramos ya estaba en el vestuario rumiando la segunda tarjeta por un manotazo a Fernando Torres que le había dejado fuera del encuentro. Su quinta expulsión en un año. Una amonestación muy protestada por Capello, que llegó a exigir una sanción para Fernando Torres por simular que Ramos le había golpeado. "Seguramente Capello está arrepentido de sus palabras. Son declaraciones que se hacen en caliente", reflexionó Pernía, que defendió la "profesionalidad" de su compañero.

Guti se duele sobre el césped tras padecer una dura entrada.
Guti se duele sobre el césped tras padecer una dura entrada.CLAUDIO ÁLVAREZ

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