"Como si perdiéramos 3-0"
Aguirre asegura que las caras de sus jugadores en el descanso eran de derrota
"Al menos, hemos dado la talla". La frase es de Luccin. Y explica la psicología rojiblanca. El Atlético se sentía acomplejado. Le preocupaba la imagen. Le daba miedo que la pesadilla contra el Madrid se repitiera y quedasen disminuidos, desinflados, con la pesada sospecha de repetir su destino de cargar con la piedra, en la pretemporada, hasta la cima y una vez allí, la Liga, vuelta a empezar. "El conjunto sufre un problema anímico, de autoestima, que está en vías de solucionar", dice, repite más bien, Javier Aguirre.
El técnico mexicano del Atlético reveló que los rostros de sus futbolistas en el vestuario durante el descanso "reflejaban más un 3-0 en contra nuestra que un empate en el Bernabéu". El gol de Raúl despertó la naturaleza fatalista y supersticiosa de una plantilla acostumbrada al desastre. Por entonces, Fernando Torres ya deambulaba por el césped con el trote cansino que acostumbra en Chamartín.
"Se nos han escapado con vida. Claro que tengo esa sensación", dice el técnico mexicano
"Nos dejó muy tocados el tanto madridista, nos hizo mucho daño", confesó el delantero, que prolongó su racha negativa contra los blancos. Nunca le ha marcado un gol al Madrid desde su debut en Primera, en 2002. "Los que comentan que no he jugado bien no saben de fútbol. Yo he hecho mucho trabajo no tan vistoso", se defendió el futbolista de las críticas, alabando las virtudes de la tarea gris. A Torres le han dicho que no se obsesione con ese gol que le falta. Que cuanto más piense en él más lo va a ahuyentar. "Es un error creer que sólo marcando juegas bien", recalcó el ariete, que hizo una curiosa lectura positiva de su falta de acierto: "Esto demuestra que este año el bloque está por encima de las individualidades".
"Siento una terrible decepción", reconoció, sin embargo, el delantero, que achacó el empate a "deméritos del Atlético" y afirmó que su equipo había "perdido dos puntos más que ganar uno". Un análisis compartido por Leo Franco, "estoy enfadado", por Luccin, "sentimos rabia" y por Maxi, que fue aún más explícito en sus lamentos y recordó la ocasión fallada por Agüero en el minuto 89 cuando estaba completamente solo: "Hemos fallado mucho en el disparo, sobre todo en esa oportunidad final". Quien no se detuvo a mostrar su enojo fue el propio Agüero, que salió casi de incógnito. En el mismo desfile de caras mudas, de chicos misteriosos que no tienen un segundo para el comentario, estaban Mista, Pablo y Maniche. "Lo siento, no puedo", se excusaban con las caras largas, las maletitas sujetas de un asa y el móvil adherido a las orejas.
El más prolijo en sus explicaciones, al margen del propio Torres, que danzó de emisora de radio en emisora de radio, fue Aguirre. "Se nos han escapado con vida, claro que tengo esa sensación", reveló el preparador con una expresión neutra. Pero también dijo que hay cosas por las que se siente contento. "Crecimos futbolísticamente", fue una de ellas. Una referencia muy genérica al aceptable partido de los suyos. "Hicimos un partido serio", fue el más esotérico análisis de gente como Pernía. Luccin se felicitó por tener "más la pelota que otras veces". Pero Aguirre, al margen de sus observaciones positivas, regresó al tema central de su discurso y comentó que no sabe cuantificar "la mejoría anímica", insistiendo en que "no tenía sentido" el miedo que les entró a sus jugadores cuando Raúl, convertido en un símbolo de derrota y mal augurio, empató el choque.
El portero del Madrid, Casillas, no quiso referirse a las historias de fantasmas del Atlético y aventuró una explicación mucho más prosaica: "Nos hemos defendido bien y ellos han tirado a puerta sólo cuatro veces". El meta recordó que su equipo es el menos goleado del campeonato y negó la "superioridad del Atlético".
Casi todos los futbolistas rojiblancos alabaron sus números de inicio del campeonato aunque se aferraron al tópico advirtiendo de que, si no ganan al Recreativo el próximo fin de semana, "el punto no habrá servido de nada".
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